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Y si ya no quieres besarme
está bien, almenos no sueltes
mi mano

Pov. Roger

Entonces terminamos la universidad, nuestros títulos llegaron con nuestro descanzo de seis largos meses de estudio.

Esa mañana, sería la ceremonia de graduación, Brian y yo estábamos desvelados, nuestros cuerpos estaban sudorosos por no bañarnos en la madrugada.

La cafeteria había quedado abierta más tiempo de lo normal, unas dos horas, si cierra a las doce normalmente esa vez cerró a las dos de la madrugada, y Brian y yo como los meseros principales o en turno tuvimos que permanecer.

Llegamos a casa cansados y sudados después de haber corrido un maratón desde el establecimiento a nuestro edificio, apesar de que Columbus es un lugar tranquilo, no nos queríamos exponer a ir lento por la madrugada.

Nisiquiera nos bañamos, solo nos tiramos en la cama y dormimos.

Y en la mañana siguiente fue que ambos empezamos de malas, principalmente Brian porque odia llegar tarde, y aún más llegar tarde y dormir poco.

Nos levantamos a las seis, tomamos una ducha juntos y salimos corriendo a vestirnos de traje, nuestros ahorros contribuyeron para que puedamos ir bien vestidos a nuestra graduación.

Brian nisiquiera quizo desayunar, a mí me preparo un shanwich mientras yo me peinaba.

-Cometelo tu- Dije un poco irritado, si el estaba de malas algo pasaba que yo también me ponía así.

-Es para ti- Puso el emparedado en mis narices, sentí que tenía la intención de restregarmelo en la cara y que la mayonesa quedará por toda mi cara.

-Cuando estás de mal humor se me olvida que te amo- Le arrebate el shanwich a la fuerza, le di una mordida y lo bote en la mesa, camine ya con todo lo necesario a la puerta.

Entonces Brian me tomo de las caderas y me cargo sobre su hombro, como su yo fuera una alfombra pesada.

Me sentí sobre la mesa y volvió a poner en shanwich en la cara.

-Amor, come, lamento estar enojado pero es la presión- Le di un besito, en realidad yo no estaba molesto, al menos no tanto.

Siempre batallamos con mi mal humor, pero cuando el se ponía así era peor que mis berrinches, porque me ignoraba hasta que se le pasará.

-Y con excelencias, se gradúa el doctor Brian Harold May- Dijo el director de la universidad, Brian se levantó con una sonrisa, camino hasta el pequeño escenario y subió, recibiendo una hoja, su título.

Cuando volvió le di un beso y un lindo felicidades, solo nosotros sabíamos lo mucho que nos hemos esforzado por terminar la universidad y salir adelante, juntos.

Volvio a sentarse, esperamos un rato más para escuchar mi nombre.

-Tambien con honores felicitemos a el médico Roger Meddows Taylor.

La libertad se apoderó de mi, subí por mi título y dije unas cuantas palabras de agradecimiento.

Después de la ceremonia se venía una fiesta para los graduados, y no la pasamos del todo bien

La música que sonaba apenas si se escuchaba, al graduarnos la universidad nos organizo la reunión más aburrida de maestros y graduados, estábamos en el gimnasio de la escuela, el único lugar con espacio suficiente para tantas personas.

Brian y yo permanecimos casi todo el tiempo tomados de la mano, hasta que nos acercamos a la mesa de bocadillos.

Tome un cupcake, le di la primera mordida y sabía riquísimo, de alguna manera terminamos parados cerca a un profesor, era profesor de emprendimiento de empresas.

Lo había visto, pero no recordaba dónde.
Continué con la duda, Brian hablaba con uno de los tipos de su clase, el no prestaba atención al tipo que también nos miro por unos minutos hasta que se acercó más y nos hablo, y fue cuando recordé dónde lo había visto.

-¿Eres el hijo de Harold May?- Senti mi cuerpo tensarse, recordaba que al ser un adolescente de quince años lo ví en mi casa, o bueno la casa de los May, de quienes escapabamos, el me conocía y tenía comunicación con Harold -Tu padre no me comentó que vendrías a Ohio ¿Que no estudias en el Imperial College?

No dije nada, voltee a Brian que también me miraba con miedo y duda. Entonces el tipo saco su celular y llamo a alguien, quise alejarme pero el sostuvo mi brazo con fuerza reteniendonos.

-Harold que no me dijiste sobre la estadía de tu hijo aquí.

Ví como fruncía el seño y apretaba más el agarre en mi mano, incluso creí que dejaría marcas.

-Si, Roger el rubio ¿No?- Su expresión empezó a cambiar a más confusión -¿Un rizado?- Miro a mis espaldas, Bri -Claro, yo los retengo, en mi casa ahí nos vemos.

Colgó si celular y lo metío a su bolsillo, nosotros ya no decíamos nada, yo solo pensaba como salir corriendo de ahí.

-Ustedes van conmigo- Nos jaloneo hasta la salida del auditorio, pasamos por los pasillos y llegamos al estacionamiento, mi brazo dolía y yo estaba desesperado.

Abrió la puerta de un auto pretendiendo aventarme dentro.

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Dale, no estuve muy segura con esto

Solo Nosotros ~Maylor~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora