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Nuestra estrellita.

Pov, Roger

Brian insistió en que empezará mi incapacidad del trabajo y volviera después del embarazo, y para ser sincero si le hice caso y me deje mimar más de lo normal, mis cambios hormonales empezaron y con ellos mis cambios de humor.

Lloraba por cualquier cosa, me sentía mal de un momento a otro, de repente quería muchos besos y de un momento a otro quería que Bri estuviera lejos de mi.

Y el, siendo el amor de persona que es permaneció a mi lado, soportando mi humor.

El quinto mes mi panza creció un poco más, mis pezones empezaban a soltar un poco de leche, y Brian siempre se ofrecía a darles atención, no teníamos sexo seguido pero las veces que lo hicimos se sentía que podía tener miles de orgasmos al mismo tiempo.

Dimos la noticia a todos nuestros cercanos, clare fue la primera y ese mismo día llegó con un pequeño peluche de erizo. Freddie viajo con John hasta Ohio otra vez, solo para traer varios juguetes inescesario para ese entonces, los millonarios se previenen con mucho tiempo de anticipación.

Chrissie no pudo visitarnos pero aún así los deseo cosas lindas, la adoro.

Yo esperaba a Brian mientras comía helado frente al televisor y acariciaba mi pancita.

El sexto mes la espalda me dolía mucho más que nada, mis pantalones ya no quedaban ni con el boton abierto, por eso me la pasaba con la misma pijama en el día y durmiendo en boxers por la noche.

El séptimo mes, mi bebé ya era tan grande que mi pancita estorbaba a la hora de recostarme de lado en la cama, solía interponerse entre Bri y yo, por lo que nos acostumbramos a dormir en forma de cucharita, con Brian dejando besos en mi nuca o entre mis cabellos y una de sus manos acariciando mi vientre.

En ese mes mi bebé empezó a moverse, sentía sus pataditas, el ginecólogo empezó a prevenirnos sobre cualquier cosa repentina que me sucediera, debíamos llamarle, para nuestra fortuna mi embarazo fue de lo más tranquilo, solo con los síntomas comunes y con mi humor más basura que nada.

Me ardían los ojos por la irritación de estar llorando tanto tiempo.

Y era por una excusa tonta ahora que lo pienso.

-Tranquilo mi vida- Las tibias manos de Brian acariciaban mi espalda, los siete meses tenían poco de haber llegado, mi vientre ya era tan grande como para obligarme a usar pantalones de embarazo que no me gustaban.

-Son feos Bri- Susurre lanzando los pantalones al suelo, la parte de arriba parecía de elástico y algodón negro, lo demás de las caderas para abajo era de mezclilla, horrendos.

-Son para que estés más cómodo mi vida-

-Lo se, pero no me gustan, no los quiero usar- Hace poco Brian cambio el espejo a frente a la cama, levanté mi vista y tenía toda la cara roja por mi pequeño berrinche.

-Bueno, podemos obsequiarlos y comprarte pijamas a ti, necesitas estar cómodo lo sabes- Asentí con un puchero, Brian siempre me consintió.

-Esta bien- Nos acomodamos mejor en la cama, ambos recargados en la pared con una almohada grande en mi espalda y la laptop en las piernas de Brian, recargue mi cabeza en su hombro y pusimos una película.

Mientras se reproduce la película, inconscientemente me mantenía acariciando mi vientre con cariño.

Durante todo ese tiempo tuve el presentimiento que Brian sería un gran papá, aveces se la pasaba dando besos y hablandole a mi panza.

Terminaba de darme un baño, me puse mis boxers y mi pijama calentita, usualmente estaba sin camisa, por lo incómodas que eran o por el calor que me ocasionaban

Salí de mi habitación hasta la sala, dónde Bri estaba sentado en el sofá revisando algunos montones de papeles, eran exámenes.

Me senté a su lado, mirándolo trabajar tan entretenido.

De repente me miró con una sonrisa, miro mi pancita y se agachó un poco.

-Ya pronto te conoceré- Dejo un beso justo en mi ombligo, mi mano estaba también acariciando mi pancita -Ya me urge conocerte, pequeñito-

Sonreí, enserio estaba desesperado por tener a nuestro bebé en sus brazos, sentí un poco de movimiento en mi vientre.

-Solo se mueve cuando tú le hablas- Susurre.

-Me reconoce-

-Te quiere-

-Aww yo también lo quiero- Dejo varios besos por toda mi panza, era tan tierno el futuro papá Bri. Volví a sentir un empujoncito dentro de mi panza, tome la mano de Brian y la puse justo donde lo senti -Se acaba de mover-

Dijo Bri asombrado, no era la primera vez que lo sentía pero siempre parecía entusiasmado.

Llegaron los ocho meses, Brian durante ese mes me llamaba constantemente para revisar si estaba bien y el bebé aún no nacía, era tierno aunque en mi humor de embarazo aveces me irritaba y ni le contestaba. Me la pasaba en pijamas por qué me daba flojera hasta levantarme de la cama, pero si solía caminar alrededor del departamento.

Clare termino la universidad, ella quiso ser profesora de ciencias, lo cual fue a una preparatoria cercana, no se llevaba tan bien con los pequeños, no tenía la paciencia para estar más de cinco horas con un niño pequeño, pero aún así se la pasaba acariciando mi barriguita.

El noveno mes llegó, caminar un buen rato por toda la sala se volvió mi rutina, los dolores de cadera eran tan insoportables, dormía desnudo porque el elástico de los boxers o la pijama me jodían.

El dormir se volvio molesto no podía dormir nisiquiera abrazado por Brian de cucharita porque mi barriga molestaba al recostarme de lado.

Teníamos una pequeña mochila preparada para cuando pasara lo último del embarazo.

Y paso cerca del décimo mes.

Brian aún no llegaba, Clare salió de excursión con sus alumnos, estaba yo solo en el departamento, me dolían mucho las caderas, sentía un dolor aún más fuerte en mi parte baja.

Camine durante todo el día, creía empezar a sentir contracciones.

Así me encontraba, dando vuelta al sofá por millonesima vez.

Escuché la puerta ser abierta, entro Bri con una sonrisa, desde la sala lo mire, deje de caminar y lo saludé con la mano, el sonrió, miro mi panza y entonces se detuvo y abrió la boca por sorpresa, mire en busca de lo que el veía.

Entonces noté que de entre mis piernas empezaba a bajar algo, parecía que me había orinado, lo tome con calma, después de todo soy médico y se que es normal.

-Vamos no te quedes ahí parado, ayúdame- Camine lentamente hasta la habitación, con Brian a mis espaldas, me puse una camisa grande de Brian y unos tenis, con ayuda de el claro.

El llamo un taxi y tomamos nuestra mochila, durante el camino a el hospital tome tiempo entre cada contracción, Brian parecía asustado, tome su mano y la acaricié.

-Todo está bien, ya viene nuestro bebé-

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Basándome en los embarazos de mi jefesita, quedó así

Solo Nosotros ~Maylor~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora