Loona OneShot Collection

Enchanted - Lipsoul

Jinsol POV

Las cosas a veces no pasan como quieres o esperas que pasen, pero siempre tienes que dar lo mejor de ti ante todas las adversidades y cosas que pasen para salir adelante sin importar los demas. 

Mi nombre es Jung Jinsol, tengo 20 años y vivo en Los Angeles desde hace tiempo ya que me habia venido a estudiar. Un nuevo año estaba por empezar, llegue a la universidad para buscar mi horario y poder conseguir los libros que necesitaba para las clases que empezarían en un par de semanas mas. Estaba estudiando biología marina y la verdad me estaba gustando. 

Despues de un rato habia conseguido el horario y cuando estaba saliendo de las instalaciones vi a una chica viendo el mapa de la universidad pero se veia algo ansiosa, me acerque tocándole el hombro haciendo que esta volteara algo asustada por mi acción. 

-Disculpa, ¿Necesitas ayuda?- Pregunté sonriendo viendo que la chica reia un poco. 

-Si por favor,  acabo de llegar y la verdad no conozco mucho aparte de como llegar aqui- Vi que jugaba un poco con sus manos, por su acento me daba a entender que no era de aqui. 

-No eres de por aqui cierto?- Pregunte viendo que asentía y le sonrei -Disculpa mi descortesía, mi nombre es Jung Jinsol- Dije estirando mi mano hacia la contraria

-Kim Jungeun- Contesto y estrecho mi mano cordialmente, senti un pequeño cosquilleo mas quise dejarlo pasar

-Vamos a la dirección, ahi conseguiras lo que necesitas- Dije apenas solte su mano y la guíe hasta el edificio donde habia estado minutos antes. 

Despues de eso estuvimos un rato caminando por el campus, me habia ofrecido a ayudarle un poco para que pudiera ubicarse mas facil para la proxima vez que viniera. 

Habiamos hablado un poco sobre nosotras para al menos no parecer completamente desconocidas. 

-Entonces, ¿acabas de llegar?- pregunté para confirmar lo que me habia dicho, la había invitado a comer algo a una cafetería cerca de la universidad. 

-Tengo dos dias, pero si, soy nueva aqui- me dijo con una sonrisa nerviosa -No vengo sola, aunque la persona con la que vengo no llegara hasta dentro de un mes y medio, sigue arreglando cosas en Corea- dijo con una sonrisa y yo solo asenti pero antes de que pudiera continuar hablando recibi una llamada.

Al ver que era de una de mis amigas y compañera de trabajo supe que tenia que irme, me despedi de Jungeun y sali de la cafetería aun con la duda de esta misteriosa persona. 

Sin darme cuenta el tiempo paso, los primeros dias despues de haber conocido a Jungeun fueron alegres, hablaba con ella siempre que podia, le fui mostrando la ciudad y lugares que visitar para que se mantuviera entretenida. 

Fue varias veces a mi trabajo, pero bueno quien no iria si trabajo en una tienda de boba tea. Le presente a mis amigas para que también hiciera mas amistades y pudiera tener personas con quien relacionarse en lo que empezaban las clases. 

Ella desde un principio me dijo que a cierta hora en el dia no estaria disponible, me imaginaba que ella extrañaba su casa y hablaba con sus padres, asi que nunca pregunte nada pues sabia que podia ser algo íntimo y su tiempo a solas. 

Despues de dos semanas de haberla conocido empezaron las clases, el volver a tener un horario de clases era cansado y mas si dormia a una hora muy tarde. 

Me empecé a dar cuenta que entre mas tiempo pasaba con Jungeun mas me llegaba a interesar, intente olvidarme de esos pensamientos pues no queria creer en ello. Nunca habia creido en el amor a primera vista y no queria empezar. 

Pero que mal que no me hice caso, pues cada dia que pasaba me iba interesando mas, me iba pareciendo mas atractiva. Y mas que despues de un mes de conocernos se pinto el cabello rubio y le quedaba hermoso. 

Un dia por fin acepte que me gustaba Jungeun y le conte a mi roomie Haseul, ella me dijo que no debia intentarlo. Apenas la escuche decirlo y lo tome muy mal, pensando que mi amiga solo queria que no me interesara en el amor y se veia que tenia razón. A veces que saliamos notaba como Jungeun sonreía al celular pero nunca le quise dar importancia nunca quise ver la realidad que tenia enfrente y me creaba mi propia realidad. Debi haber escuchado ese dia a Haseul para evitarme todo lo que iba a venir. 

Desde el primer momento en que te vi mi mente solo pensaba y deseaba que no estuvieras enamorada de alguien más y que no tuvieras a nadie esperando por ti. 

Pero al parecer me equivoqué, un dia por fin habia encontrado el valor de poderte invitar a salir. Ese dia me arregle para verte y tome mis cosas para dirigirme a tu dormitorio, al girar en la esquina para llegar a tu cuarto senti que mi mundo se caia pues te vi tomando de la cara a una chica besándola. 

Estuve estatica por unos minutos hasta que se separaron y al separarse se veian con ojos de amor, con los ojos que tu nunca me habias visto y deseaba tanto que me vieras de esa forma. Al parecer mi mirada fue algo pesada pues viste hacia donde yo estaba y me saludaste. 

-Hey Jinsol- Me saludo de manera alegre mientras se acercaban -te quiero presentar a alguien muy importante para mi- dijo feliz de la mano de la chica peliroja -ella es mi novia Jiwoo, acaba de llegar de Corea, es de quien te hable el dia que nos conocimos- me dijo de forma feliz, yo solo estire mi mano estrechando la de la otra chica

-Encantada de conocerte Jiwoo- Dije mientras aguantaba mis ganas de llorar, sentia mi corazón romperse

-¿Venias a por algo?- me pregunto curiosa pues me habia quedado callada y yo solo negué. 

-oh, no es nada, solo venia a decirte que las chicas y yo ibamos a reunirnos a ver peliculas en mi dormitorio- Dije viendolas intentando evitar que se me notaran mis lágrimas -Pero creo que estas ocupada, luego nos vemos- Dije para solo alejarme de ahi con una sonrisa triste 

-Siempre me preguntaré si sabías que estaba encantada de conocerte Jungeun- pense mientras las dejaba atras junto a mi corazón roto, dandome cuenta que mi mente y corazón se habian hecho una película cuando nunca te tuve.

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Casi me da algo cuando quise publicarla pues pense que la habia perdido, pero gracias a que se la mande a un amigo pude salvarla