En algún punto de mi historia, entre mis estudios y las raíces de lo que se volvería mi oficio, tuve la bellísima fortuna de encontrarme con un magnifico ser, un ser con quien prácticamente no conviví, pero el poco tiempo que tuve para apreciarlo fue suficiente como para mantenerlo entre mis mas grandes memorias.
Por este motivo, me complace compartir con quien sea que lea esto, mi invaluable experiencia, esperando poder transmitir la misma emoción que logré percibir, aquello que hizo sentir con vida.
Estaba en una tarde soleada cuando durante el "recreo" (en realidad se dice receso según mis compañeros, pero yo sigo diciéndole recreo por razones que prefiero ignorar...)presencie en la lejanía a un bello y joven ser emplumado, cuyas alas brillaban bajo la luz del penetrante sol, que se encontraba bien acomodado en la antena arcaica de un edificio departamental que observaba con especial atención al vacío con tintes de miedo y desconfianza y mi instinto me insistía en hablarle, pero por mas que lo intente nunca llego a notarme, pues en esos instantes su prioridad era otra, él quería aprender a volar.
Mientras anhelaba su atención, podía notar sus rasgos juveniles, parecía de mi edad y por ende, podía notar su inexperiencia, sobre todo cuando trataba de surcar los cielos, pero aun así me encantaba verlo intentándolo, porque cada vez que lo hacía, terminaba en el mismo lugar donde empezó, simplemente lo estaba dando vueltas por la misma zona en círculos, eventualmente sonó la campana y con ello llegó la hora de volver a clase, de volver a la aburrida realidad.
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Mi Pequeño Emplumado
Historia CortaDurante el "Recreo" en preparatoria, vi en la lejanía a quien marcaria un antes y después en mi vida, cuya atención anhelaba con intensidad, se trataba de un bellísimo ser emplumado, una historia con un final agridulce.