Reinaba un tiempo agradablemente tibio, era principios de primavera del año 1883. Una brisa suave soplaba entre los grandes arboles que bordeaban el camino al fondo del cual se elevaba la Residencia Waterhouse. Dos elegantes y hermosos caballos blancos unidos a un carruaje abierto esperaban frente a la mansión de dos pisos.
Dentro, Isaac Miller se paseaba nervioso, de arriba y abajo, por el amplio salón con muebles recamados de oro, esperando impaciente la llegada de Caroline Waterhouse. Isaac había llegado siendo movido por un impulso, después de haber tomado una decisión relacionada con ella; pero ahora comenzaba a ponerse nervioso.
Isaac pensó: -«Maldita sea, antes nunca se retrasaba tanto.» Dejo de caminar y se detuvo frente a la ventana que daba a la propiedad de los Waterhouse. Pero eso era antes de que ella comenzara a usar vestidos muy elegantes y a cuidar su peinado. Ahora siempre que él venía había terminado esperando media hora o más hasta que apareciera.
Isaac comenzaba a arrepentirse de lo que iba a decirle y de pronto dos manos muy suaves le cubrieron los ojos y él sintió en la espalda un par de pechos, que si no se equivocaba, pertenecían a Caroline.-¿Adivina quien es? -murmuró alegremente al oído de Isaac.
¡Oh, dios mío, ojalá no volviese a hacer aquello! Todo esto había estado muy bien cuando eran unos niños que crecían juntos; pero últimamente la proximidad de ella despertaba es deseo en él.
Se volvió para observarla y se encanto con su belleza. Caroline se había puesto un ajustado vestido de terciopelo azul oscuro y un precioso peinado dorado-Isaac, quisiera que ya no me mirases así. Lo haces a menudo y me pones nerviosa. Si no supiera a que atenerme, pensaría que tengo la cara sucia -dijo la joven.
-Lo siento, Carol -balbuceo Isaac-. Pero este año cambiaste tanto que no puedo evitarlo. Ahora eres tan hermosa...
-Por dios Isaac, ¿quieres decirme que antes era fea?- bromeo, fingiéndose ofendida.
-Claro que no. Sabes a que me refiero.
-Muy bien, te perdono -río, mientras caminaba hacia el diván y se sentaba-. Ahora dime por que viniste tan temprano. No te esperaba hasta la hora del almuerzo y Annie me dijo que se te veía muy nervioso cuando entraste aquí.Isaac se sentía nervioso y trataba de encontrar las palabras adecuadas, puesto que no había preparado ningún discurso. Bien, era mejor que diga algo antes de que el valor lo abandonase.
-Carol, no quiero que te vallas a Londres este verano. Tu hermano volverá en un par de meses y me propongo pedir tu mano. Después, cuando ya estemos casados, si aun deseas ir a Londres te llevare.
Caroline lo miro sorprendida por aquella confesión.
-Isaac, das por sentadas bastantes cosas -dijo cortante, pero se sereno cuando vio la expresión dolida en el rostro del muchacho. Después de todo, ella siempre había sabido que llegaría ese momento-. Lamento haberte haberte hablado así. Lo comprendo, nuestras familias siempre creyeron que éramos una pareja perfecta y que quizá un día nos casaríamos; pero ahora en este momento no. Tu tienes solo dieciocho años y yo diecisiete. Somos demasiado jóvenes para casarnos o siquiera pensarlo. Siempre vivi aislada en esta casa. Me encanta mi hogar, estar en casa, pero me gustaría conocer a otras personas y ver las atracciones que tiene Londres. ¿Me comprendes?Hizo una pausa, no deseaba ofenderlo.
-Te quiero Isaac, pero no como quizás tu deseas. Siempre fuiste mi mejor amigo y te quiero del mismo modo que quiero a mi hermano.Él la había escuchado pacientemente, conocía el carácter voluntarioso de la joven; pero sus ultimas palabras le lastimaron mas de lo que podía imaginar.
-Maldita sea Carol. No quiero ser tu hermano. Te amo. Te deseo como un hombre desea a una mujer. -Se acerco a ella y, tomándola de las manos, la acerca contra su pecho-. Te deseo más de lo que he deseado a nadie. No pienso mas que en besarte y hacerte el amor. Se ha convertido en una obsesión.
-Isaac, estas diciendo tonterías. ¡No quiero oír nada mas!Caroline se aporto bruscamente de él y un momento después Annie, la anciana niñera de ella, entro en la habitación con el te. No se hablo mas del tema.
Probaron un agradable almuerzo después de dar un largo paseo para sacar la tensión. Después que Caroline recobro su actitud normal y despreocupada, Isaac comprendió que ya no debía tocar el tema de sus sentimientos por ahora.
Mas aquellas misma noche, mientras Isaac estaba acostado en su cama, pensaba en Caroline y en la tarde que habían pasado juntos, sintió una terrible a presión. De pronto sintió que si Caroline viajaba a Londres aquel verano, tal como había planeado, eso cambiaría su vida entera y echaría a perder la vida del propio Isaac. Pero nada podía hacer para detenerla.Espero sus comentarios y votos, espero que les guste mucho, la historia se va poniendo cada vez mas interesante con el paso de los capítulos. En multimedia una foto de Caroline. Besos😘
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Amor en el desierto
RomanceTodo es perfecto para el amor. Sin embargo, el terror acecha a Caroline, que como capricho a insistido en acompañar a su hermano desde Londres hasta El Cairo. Ahora por ese capricho es prisionera de un desconocido. Raptada y llevada al galope sobre...