byler┇decisión 決断

único

El cielo se vió cubierto por nubes y los pequeños cantaros de lo que parecía ser una simple llovizna, comenzaron a danzar sobre las calles. Todos se refugiaban en la calidez de sus hogares, la compañía de sus seres queridos y por supuesto, la creciente inspiración que el día de gracias traía consigo.

Los Wheeler organizaron una cena en su morada para celebrar, y Joyce Byers no dudó en aceptar cuando ella y su familia recibieron una invitación.

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Los adultos se encontraban en el comedor, charlando animadamente mientras el fulminante olor del pavo de acción de gracias se esparcía en todo el lugar.

A su vez, las manecillas del reloj en la pared del sótano marcaban casi las doce.

«Mierda», esa palabra comenzó a repetirse sin cesar en la mente del menor de los Byers, Will, quién sentía como si el tiempo fuese más lento de lo normal, pues la había pasado tan mal esa noche como si de una tortura se tratase.

Se encontraba en el sótano de los Wheeler, con sus audífonos puestos a todo volumen y sentado en uno de los extremos del sofá con las piernas apoyadas sobre una mesa.

A unos cuantos metros de si, Holly y Mike, o los más jóvenes en la familia Wheeler, armaban un rompecabezas de My Little Pony.

En realidad, Will Byers y Mike Wheeler habían sido amigos desde la infancia, pero su amistad bailaba sobre un hilo muy delgado en ese momento.

Y es que, las cosas entre ambos se habían vuelto complicadas desde que Mike comenzó a salir con Elle, la hermanastra de Will. Pero la situación empeoró todavía más un par de meses después, cuando Will escuchó la razón de su rompimiento. Definitivamente, la causa de aquella ruptura había sido la actitud de Mike, y vaya que la había cagado esta vez.

En ese momento, Will odiaba a Mike, o bueno, al menos intentaba odiarlo. Creía que se lo merecía, pues él y su hermana habían tenido que sufrir demasiado por culpa suya. Pero por más que quisiera guardarle algo de rencor, simplemente no podía.

Su estómago se sentía como si su interior aguardara a un montón de mariposas, las cuales comenzaban a revolotear euforicamente cuando sus ojos se posaban en Mike. Le hacía experimentar un sin fin de sensaciones distintas al mismo tiempo; tantas como para hacer que a su mente le costase trabajo procesarlas.

Y es que, Will realmente adoraba cada parte de su ser; o al menos la mayoría.

El amargo contraste que existió entre sus sentimientos le impidió dirigirle la palabra a Mike durante toda la noche.

Era extraño, nadie lo había hecho sentirse de tal forma nunca antes. Pero más extraño todavía, era el hecho de que la misma persona de la que estaba jodidamente enamorado, había manipulado a su hermana durante meses.

⎯ Así que, ¿Mitski? ¿Eh?⎯ Preguntó Mike. Will estaba tan inmerso en sus pensamientos que no logró percatarse cuando el cable de sus audífonos se desconectó de su teléfono. La canción que estaba escuchando comenzó a sonar en toda la habitación.

⎯ Me gusta mucho la que dice algo sobre un corazón de lavadora⎯ Reiteró el pelinegro.

Simplemente Mike siendo Mike. Su espíritu no le permitiría quedarse callado durante más tiempo, no mientras el ambiente estaba así de tenso e incluso estando consciente de lo que había ocurrido. Necesitaba algo que hiciera de la situación una menos incómoda, y aprovechó esa pequeña oportunidad que le fue brindada por los audífonos de Will para tratar de entablar una conversación.

⎯ Mike, ¿Pasa algo?⎯ Soltó Will con notable desagrado, siguiéndole la corriente con tal de no parecer un cretino, pero arrepintiendose al instante.