LUNA 17

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Narrador omnisciente:

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Narrador omnisciente:

Al cabo de una semana, cuando sus heridas ya habían sanado y había recuperado todas sus fuerzas, se pensó que el matrimonio se haría en cinco meses, y en ese transcurso de tiempo _________ tendría que entrenar con su mascara, báculo y todo artefacto y medio que pudieran ayudarla, tal y como le dijo Mistake.
Los niños estaban muy felices en cuanto se enteraron que ambos pronto se casarían, y aunque no sabían mucho de esas cosas sugirieron grandes ideas muy buenas que Morro tomo en cuenta, lo que les entristeció fue que ambos tras acabar la ceremonia se irían del monasterio para poder vivir juntos, sin embargo prometieron ir cada domingo sin falta a verlos y convivir con ellos, felices aceptaron el trato.
Dos meses después sería una noche especial para los alumnos, según Wu eran necesario la presencia de los pequeños en la gran catedral de Ninjago para algunas cosas, tendría que llevarse a todos los seis niños y niños que conformaban el monasterio, era una noticia extraña, pues ni Wu ni Morro sabían la razón exacta del porque solo habían pedido a los mas jóvenes, tal vez tenían que hacer una iniciación o algo por el estilo relacionado con la religión.

— La verdad es que no me parece buena idea que viaje solo con ellos. —dijo ________ no muy segura —. Es extraño, no se.

— Todo estará bien, recuerda que vienen conmigo. — dijo Wu divertido y muy tranquilo —. Deberías mejor concentrarte en tus entrenamientos y en tu prometido, me imaginó que van bien los planes.

— Solo faltan tres meses Wu, la verdad estoy nerviosa. — confeso —. Pero también confió en que todo saldrá bien.

— Yo espero en un futuro encontrar a mi hijo de ser posible. — dijo con tristeza mirando su tasa de café —. Y que mi sobrino este bien, apenas es solo un pequeño de tres años a lo mucho.

— Ambos son descendientes de Jian, su padre. — dijo —. Y serán fuertes, no tienes porque pensar lo peor, le garantizó que en un futuro estaremos todos juntos.

Wu sonrió mas tranquilo, se quedaron conversando hasta altas horas de la madrugada.
Por el medio día, partieron a ciudad Ninjago, ________ y Morro se quedarían a cuidar bien del monasterio, solo estarían por fuera una noche y un día, dependiendo que tanto se les solicite por aya, al cabo de unas horas y después de cenar cada quien regreso a su habitación. La castaña aun no se dormía, la cama estaba tendida y siempre tenía su habitación en orden, se sentó a la orilla de la cama y medito por unos segundos hasta que tocaron su puerta.

— Pasa, no tiene seguro. — dijo ella; Morro había entrado, aun la luz permanecía apagada y sólo eran alumbrados por una pequeña linterna color naranja que ________ tenía sobre su escritorio —. ¿Qué pasa?.

— No pasa nada. — respondido cerrando la puerta tras de el —. ¿Es que no puedo venir a ver a mi prometida?.

— No, para nada. — dijo con una sonrisa —. Solo pensé que tal vez le temías miedo a la oscuridad o a dormir solo en casa. 

Morro simplemente negó, jamas le tuvo miedo a la oscuridad, pero tal vez si a la soledad. Al acercarse a la castaña esta lo abrazo del torso, después Morro se agachó a su altura y comenzó a dar pequeños besos en su rostro, causando que ella se riera a causa de las cosquillas, de echó Morro no era alguien empalagoso o  andar repartiendo amor, ni siquiera a su prometida, simplemente no era lo suyo, el era mas de hablar, le costaba trabajo dar cariño, algo que el jamas tuvo, pero al menos lo estaba intentando.
Después de unos minutos de dar esos pequeños besos, _________ lo tomo de la cabeza y lo atrajo hasta su rostro uniendo sus labios en un tierno beso, que a medida que mas segundos pasaban más se profundizaba, la castaña se levanto de la cama y sin dejar de besarlo levanto ambos brazos y se engancho a su cuello.
Estaba claro que el quería algo mas que solo besos y pequeñas caricias, y ella no podría estar mas dispuesta. El momento era casi el adecuado, es decir, estaban completamente solos en el monasterio, en la habitación de ella.
Recordó que a lo largo de su vida, que conocí a muchos muchachos, y hombres de todas las edades, pero estaba tan concentrada en su misión que solo los fue quitando de su camino, ella jamás había echo este tipos de cosas, ni siquiera estuvo cerca, y siempre habrá una primera vez para todo.
Morro beso sus mejillas, y después fue hasta su cuello, lo necesitaba solo a el, lo amaba con todo su ser, desde hace ya muchos años.
Morro parecía saber mejor que ella que hacer, por lo que se sintió aun mas vulnerable ante el maestro del viento con quien en poco tiempo se casaría.
La ropa la hacia sentir encadenada, por lo que la fémina fue quitando botón por botón del suéter de el, hasta hacer caer toda prenda de ambos hasta el suelo. El pelinegro sin tenerse la lanzo sobre la cama de nuevo sin brusquedad, poniéndose encima de ella al instante sin aplastar el cuerpo de la castaña, siguió besando cada rincón de __________ sin omitir ninguno, era alguien muy gentil en la intimidad, lo notó hasta hace unos momentos. Le susurraba cosas lindas al oído para distraerla del dolor que estaba por experimentar a continuación, la habitación pese a que estaba a casi oscuras si ayudaba la lámpara y podía ver gracias a su excelente visión, el perfecto cuerpo del pelinegro.
Ese pequeño pero placentero dolor la hizo desviar su mirada de Morro, parecía mas un pellizco que un golpe, el pelinegro sonrió placentero, tomando su rostro la hizo mirar de nuevo a el.

— Quiero que me mires a mi, solo a mi. — dijo en un dulce regañó —. Eres solo mía.

— Si .... — fue lo único que pudo pronunciar en su borrosa mente

Con cada embestida le hacia perder mas la cabeza, se maldijo internamente el no haberlo echo ya antes, y es que esa figura tan dominante que el portó desde niño siempre le agrado de el, y ahora era lo que la estaba matando minuto tras minuto.
Habían pasado pocas cosas después, lentamente abrió los ojos, sintiendo a alguien a un lado de su cama, era el cuerpo de Morro profundamente dormido junto a ella, algunos mechones de cabello le tapaban su ahora tranquilo rostro, incluso su mechón verde se había perdido entre los demás cabellos. Sin duda, lo amaba infinitamente.

ᒪᑌᑎᗩS [ᗰOᖇᖇO᙭ᒪᕮᑕTOᖇᗩ] (ᑎIᑎᒍᗩGO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora