LUNA 27

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Narrador omnisciente:

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Narrador omnisciente:

Cuando Lloyd contó lo que había pasado con ella hace unas horas muchos no le creían. Nya quien se mantenía atrás miraba aquel boceto del vestido de la castaña, ya de nada servía insistir en algo que jamas pasaría, sin pensarlo había perdido a su única amiga, Wu quien mas conocía no tuvo nada que decir antes los demás y su sobrino, desconocía por completo a _________ en otras circunstancias ella jamas abría echo tal cosa.

— No podemos saber ya sus motivos. — dijo Gaizka al otro lado de la mesa mirando por la ventana —. Esta guerra aun no acaba, no tenemos mas opción que acabar con todos en Stiix.

— Cyrus Borg nos ayudará con el armamento — dijo Zane —. Y aunque nos duela, debemos mancharnos las manos de ser necesario por el bien mayor, eso incluye a __________.

Lloyd ya había pasado por situaciones igual de difíciles, esta vez no sería diferente y simplemente debía hacer su deber.

Narra _________ :

Hace años tuve gente muy importante en vida, mis padres, a mi creador Jian, a sus hijos que fueron Garmadon y Wu, a Morro, a Lloyd y a todos los chicos del equipo. Incluida Nya quien fue mi única amiga en doscientos años o mas.
Lastima que casi la mitad de ellos ya no este aquí, y pase mayor parte de mi vida en Ninjago a quien amo con todo mi ser, aquí viven aun las pocas personas que amo, su gente y todo aquello que me hizo feliz, un hogar. Mi amor por este reino era ciego y atado a mi misión, pero mi amor por Morro no lo era, yo se que todo mi hogar estaba en gran peligro por el y sus seguidores, que solo yo podía hacer aunque un último intento para hacerlo entrar en razón, debía intentarlo aunque sea.
Había pasado ya todo un día desde que deje el navío, había sido tanto mi dolor que incluso llore toda la noche sin que nadie se diera cuenta. Todo era el ejército de Morro se esparcía desde los muelles hasta la ciudad de Stiix, eran tal vez cuatrocientos soldados en su forma espectral y trescientos mas en su forma humana. Por lo que en total eran al menos setecientos, un gran problema para mi que solo era una.
Morro me sonrió antes de irse para sus reuniones que tenía seguido, con los mas altos mandos.

Lo vi irse entre los pasillo y yo me apresure a salir por la ventana para que nadie me viera.
Recorrí lo más que pude de la fortaleza hasta llegar a un largo pasillo oscuro con diversas puertas cerradas muy antiguas, camine por este pasillo sintiendo la presión del ambiente, un reino del cual yo jamas volvería. El reino maldito.
Cuando abrí la última puerta del pasillo, ahí estaba la dimensión de ese reino en color oscuro, verdoso y azul, era un abismo acompañado de aquellos gritos que me describió Lloyd cuando estuvo en su jaula.
Mis poderes tal vez no funcionarían ahí, por lo que apenas metí mi mano esta se lleno de heridas y apenas la aleje se regeneraron gracias a mi sangre Luna dejando unas pequeñas cicatrices. Entre la neblina de lo que parecía un espejo y llena de largos cabellos negros había una mujer atada en cadena perpetua, abrazada así misma y con los ojos cerrados, llevaba un largo vestido negro y era enorme, tal vez media tres o cuatro metros de altura, entonces esa mujer dormida era la suprema, la ama de Morro y de todos sus hijos condenados.
Por breves momento dude si matarla ya mismo, pero no puedo, creó que no era el momento.
Salí del lugar cuanto antes, sabía que no debía estar ahí en primer lugar y trate de regresar a mi habitación.

En aquella gran habitación donde me encontraba, en el centro de la mesa estaba el cristal del reino sostenido por una base color oro, al querer tocarlo la voz de aquel hombre me detuvo.

— ¿Qué es lo que haces?. — me cuestionó con una sonrisa siniestra rodeando la mesa hasta llegar hasta mi —. El cristal no se debe tocar cariño, ¿Morro no te lo dijo?.

— Si lo hizo, pero quería verlo yo misma. — dije alejando mi mano de la gema —. Tu debes ser Rono, ¿verdad?.

— Si así es. — asintió mirando mis manos. Mierda, tal vez me descubrió —. Esas heridas se ven muy poco, pero no las tenías cuando viniste aquí. ¿Dónde estuviste?.

— Eso no te importa. — me aleje en cuanto sentí su respiración cerca de mi rostro —. Dejame sola, no pienso hacerle nada al cristal.

— Que desconfiada eres. — y no era solo eso, yo sabía que este hombre en compañía de varios mas y la suprema habían asesinado a Morro —. Eres también muy bella, comprendo el porque Morro se enamoro pérdidamente de ti .... Lástima que ya no sera así.

— ¿Qué quieres decir?. — pregunte molesta

— Bueno solamente te quiere aquí porque eres un gran aliado, no porque de verdad aun sienta algo por ti. — cuando dijo eso sentí como si un balde de agua fría cayera sobre mi cabeza —. Por eso la suprema lo eligió a el, y cuando ella sea mucho mas fuerte comerá a sus hijos mas fuertes para conquistar los demás reinos.

— ¡No permitiré eso!. — dije aún mas molesta, este joven en verdad me hacia enojar, era tan venenoso como el cien pies que tenía en su rostro.

— Dudó que también eso incluya a Morro. — dijo —. Pero yo sin duda si seré parte de eso, lo haré con gusto para que este reino muera.

Estaba por meterle una bofetada, pero alguien ya lo había echó por mi.
El cuerpo de Rono salió volando estrellándose al otro lado de la habitación, rompiendo ligeramente la pared.

— Imbécil. — dijo Morro entre dientes —. Estabas demasiado cerca de mi mujer, inmundicia.

— Eso si me dolió Morro. — río divertido levantándose —. Solo hice lo que me pediste.

— Jamas te pedí espiarla a todas horas. — y me dio una señal para saliera —. Mucho menos acercarte, te matare si te vuelvo a ver así.

— Como ordenes. — dijo bajando la cabeza.

ᒪᑌᑎᗩS [ᗰOᖇᖇO᙭ᒪᕮᑕTOᖇᗩ] (ᑎIᑎᒍᗩGO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora