03 - El lado menos malo

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Aun con el pasar de los días, era difícil aceptar que se encontraba e otro mundo, uno muy distinto al suyo. Quería pensar que solo era un sueño de larga duración y que todo terminaría una vez que la alarma de su habitación suene, pero por más que quisiera eso no sucedía. Él se iba a dormir y despertaba en ese mismo lugar, cada vez con menos esperanza de encontrar una forma de volver a casa; esto porque no quisiera, sino porque no sabía qué hacer exactamente para volver.

Lo lógico era ponerse a investigar, ¿pero qué investigaría? ¿Por dónde empezaría primero? ¿Acaso simplemente se trataba de tiempo? ¿Debía esperar algún lapso de tiempo para que algo interesante suceda respecto a su situación? Era fácil decir que quería buscar una forma de volver, pero lo complicado era la ejecución, no tenía ni idea, solo era un adolescente de 16 años con mucho desconocimiento de la vida en medio de la nada.

Sabía que la opción más lógica era dejar que sus amigos se hagan cargo de traerlo de vuelta, ya que fueron ellos los que se quedaron luchando contra el enemigo, pero no quería depender de ellos como una damisela en peligros, quería poner algo de su parte para acelerar el proceso y no causar molestias. Él siempre fue así de modesto.

Tal parece que el tiempo era lo único que solucionaría las cosas.

En la cima de un barranco, Jōsuke Higashikata miraba de forma melancólica el horizonte en el que podía apreciar ese hermoso paisaje verdoso y natural. Era una vista agradable, sin duda alguna, pero no le ayudaba para nada lo solitario que parecía, ya que esa era su situación: él estaba solo, no había nadie con él de sus seres queridos que pueda compartir esa bizarra experiencia con él.

Deseaba por lo menos tener a algún amigo a su lado para que su estancia se sienta menos pesada. Okuyasu sería el más apropiado, después de todo, su poca inteligencia le dotaba de una gran carisma que alegraba el ambiente con sus tontas ocurrencias, no por nada era su mejor amigo.

Apenas había pasado poco menos de una semana pero ya extrañaba su vieja rutina en la que iba a la escuela con sus amigos, pasaba el rato con ellos y salía a dar paseos, regresaba a casa a jugar videojuegos, después hacer la tarea, se bañaba y se dormía. Esa sencilla y pacífica vida de adolescente era lo que extrañaba, fuera del tema relacionado a los Stands como el asunto de Yoshikage Kira.

Pero sobre todo, él extrañaba a su madre, Tomoko.

Se sentía algo patético por extrañar a sus seres queridos estando ausente alrededor de cuatro días. ¿Quizás eran las circunstancias las que provocaban eso? Tal vez no se sentiría así si supiera que podría volver con ellos en el momento que quisiera aun si estuviera algo lejos, pero ahora era consciente de que no podría hacerlo ya que estaba en otro mundo, y eso hacía que se sintiera mucho más solitario.

La vida no estaba siendo buena con él en lo absoluto. ¿Por qué tuvo que aparecer en un mundo desconocido lleno de dificultades para sobrevivir? Especialmente porque se había involucrado con un grupo de asesinos que se lo llevaron con ellos hacia su base. Todo en contra de lo que él desearía.

Jōsuke salió de su deprimente ensimismamiento cuando sintió dos bultos suaves sobre su cabeza despeinada; inmediatamente dándose cuenta de lo que eran, él se levantó y retrocedió bastante avergonzado, dándose cuenta que Leone estaba detrás suya.

—¡¿Qué haces?! ¡No te aparezcas de esa forma tan de repente!

—Vamos, deja esa actitud malhumorada. Ya han pasado tres días, ¿ya decidiste formar parte de Night Raid?

—Nunca dije que lo haría, yo...

—Creo que tienes talento para ser uno de nosotros. —Leone lo interrumpió en medio de sus protestas, tomándolo del cuello y acercándolo hacia su pecho mientras le picaba la mejilla como forma de jugar con él—. Onee-san te lo garantiza.

Repair the cruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora