Bakuiida; My Crackshipp Academia Week2022

Día 7; Temática Libre

"Tan Solo se Odia lo Querido"

    •••Jal. México•••

    Tomo esa vieja foto entre sus manos ya deterioradas por el paso de los años, recorrió la imagen del rostro de quién más amo en toda su vida con uno de sus dedos, tomando asiento en la cama tan desgastada como él, suspiro comenzando a ahogarse en recuerdos y lágrimas cristalinas. Esa imagen, la imagen de eterna juventud de ese joven mariachi de cabello cenizo que, sin desearlo, viviría eternamente en su corazón.

    •••
    17 años. Tenía solo 17 años y vivía entre cantina y cantina, cantando y gozando. Katsuki Bakugou un joven catalogado, por las lenguas malintencionadas, como alguien sin oficio ni beneficio. Sin duda el esposo que nadie deseaba para su pequeñita, para suerte de los padres angustiados del pueblo, sus hijas nunca serían suficiente para él. Su corazón solo anhelaba a aquel que sabía que no podía tener.

    Tenya Iida, hijo del gobernador, educado, amable, todo lo contrario a Katsuki, es más; si tan solo volteara a verte, deberías considerarte afortunada. Acostumbrado a pasear todas las tardes por la plaza del pueblo, haciendo suspirar a las jóvenes solteras (y también casadas) que paseaban por ahí con sus acompañantes. Fue ahí donde interactuaron por primera vez.

    –Mira, Kats, ahí va el hijo del gobernador, como siempre robándose a las mejores
    Murmullo Kaminari, también catalogado como vago, hacia su amigo. Al ser bastante obvia la atención que esté le prestaba a Tenya, asumiendo que esa "atención" era rencor, odio o simple curiosidad.

    Katsuki volteo por inercia a dónde su amigo apunto con la cabeza, sus manos temblaron un poco cuando su contrario le regreso la mirada, una mirada fría, sin interés, que sin duda le hizo sentir cosas. Siempre supo que no era "normal" pero aceptarlo era algo totalmente distinto, por eso lo odiaba. O al menos eso creía.

    Una gran idea sacudió su mente, se acercó a él con un andar alzado pero burlón, casi como si intentara provocarle molestia con eso. Sus amigos solo observaron de lejos como esté se ponía a la par de quién con una sola orden, podía mandar a matarlo, pensando que era simplemente; una idea suicida.

    –¿Que le parece si usted y yo apostamos algo?
    Soltó una de sus características sonrisas ladinas cuando notó la curiosidad brillando en los ojos del contrario. Ninguno que se llamara hombre a si mismo podía negarse a algo como eso.

    –¿Que sería lo apostado?
    Apesar de haber escuchado múltiples veces su voz, está vez era distinto para Katsuki, ahora aquel que lo hacía temblar con solo una mirada le estaba hablando directamente a él, carraspeo antes de continuar con su idea.

    •••
    En algún punto olvidaron la estúpida apuesta, solo bebiendo en aquella cantina donde se suponía verían quién aguantaría más tequila para medir su supuesta hombría. Bebieron hasta perderse el asco y cantar a la misma voz. Después de eso comenzaron de verse cada tanto en diversos lugares, la plaza, en la cantina para beber, etc; los rumores extraños no tardaron en llegar, pues en "pueblo chico infierno grande", las señoritas ya no veían de la misma forma a Tenya pues creían que quizá no era más que un vago como Katsuki, decían que lo estaba llevando a la perdición con tal de llevarse otra alma al infierno al igual que sus amigos y él.

    Frente a todos eran amigos, Katsuki era la mala influencia que contaminaba al correcto Tenya, era la hierba mala que no moría por más que se le intentara arrancar. Poco a poco entre copas, bromas y uno que otro comentario sobre las damas del pueblo, se volvieron más cercanos, quizás, para uno de ellos al menos, algo más que amistad. Tenya adoraba la voz de su amigo, grave pero armoniosa y perfecta para las canciones de cantina que tanto le festejaban los borrachos cuando iban a esa vieja cantina, al comienzo, solía burlarse un poco cada que cantaba pero después simplemente lo contemplaba ahí, de pie, sujetando su guitarra mientras un par de sus amigos lo coreaban con otros instrumentos.