Prólogo

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La normalidad es algo que nos ataca a la mayoría de seres humanos, no es algo de lo que se pueda escapar fácilmente. Este era el caso de Mackenzie Matos, una chica tan normal que pasaba desapercibida la mayor parte del tiempo en su casa, la escuela, trabajo y eventualmente en la universidad. Solo había algo en su vida que se podría decir que escapaba de lo ordinario, su amor sin limites por los libros y la escritura.

A sus 17 años había decido que la normalidad en su vida tenía que cambiar de alguna u otra forma, además que solo la lectura para ella ya no eran suficientes. Así que para que su vida no fuera más aburrida de lo que en realidad era decidió intentar escribir un libro ¿Qué podría salir mal? Después de todo era mala en deportes, arte y su inteligencia no rebasaba lo común. Le costó bastante iniciar en el mundo de la escritura ya que los bloqueos creativos y la falta de experiencia le dificultaban seguir.

Pero ¡Oye! No era algo que su imaginación y perseverancia no pudieran arreglar.

Así estuvo dos años escribiendo y corrigiendo esa historia instalada en lo profundo de su corazón desde hacía tiempo. No podía evitar sentirse dichosa por lo que había logrado en dos años, ella tenía más que claro que existían escritores que podían sacar tres libros al año y que su historia no era algo de otro planeta pero no podía con la felicidad. Mientras la escribía la iba publicando en una página para que distintas personas del mundo pudieran leerla, gracias a eso logro amasar una gran cantidad de visitas y seguidores en su perfil.

Y entonces gracias a su sangre, sudor y lágrimas había nacido El llanto del pavo real una historia de fantasía en la época medieval que ella juraba haber corregido un millón de veces.

Escribir no solo era un hobbie sino también un escape de su trabajo en la biblioteca –Del que estaba muy orgullosa- y su cansadora vida universitaria en la carrera de Artes de la escritura. Tal vez con suerte luego de graduarse podría trabajar y seguir escribiendo.

***

Trabajar y estudiar era algo agotador que hacía a Mackenzie replantearse tirar todo al carajo y vivir siendo mantenida por sus padres -claro que ella sabía que no sería posible y que sus la mandarían a hacer algo tarde o temprano- pero no quitaba que le arrebatara las energías y la dejara más seca que a una pasa cada vez que llegaba a su casa; y eso que solo tenía 20 años.

Llego y saludo a sus padres que estaban preparando la cena e inicio su camino hasta su habitación para poder abrazar a la cosa que más amaba en el mundo, su cama, se tiró en ella como si no se hubiera acostado en una semana.

Mientras se restregaba en su cama escuchó su teléfono sonar dando a entender que había recibido un mensaje, lo tomo y lo reviso encontrándose un mensaje de su compañera de trabajo Érica "Oye mira tú perfil en Wattpad te vas a sorprender, y por cierto felicidades". La verdad no tenía muchas ganas ya que estaba muy cansada y le dolía la cabeza, pero Érica era lo más cercano a una amiga que tenía por lo que decidió hacerle caso; después de todo no le costaba nada. Además aunque no admitiera tenía curiosidad por saber el porqué de la felicitación.

- Bueno revisare mí perfil en y luego me voy a dormir -Dijo la castaña mientras buscaba su perfil en su laptop, sobra resaltar que por su trabajo y estudio no pudo entrar a su perfil y revisar su historia, la cual había terminado hace unos meses de publicar- ¿Uh?...¿Qué es esto?

Miró la opción de notificaciones y se dio cuenta de que tenía ¡¿Cincuenta y dos notificaciones?! Entró rápidamente para ver qué era todo ese escándalo que estaba ocurriendo.

"Felicitaciones querida escritora ¡Vamos por más!"

"Amo tus personajes y todo lo que escribiste ¡Felicidades!"

Sacerdotisa©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora