Una Sonata Fuera Del Destino (Tokyo revengers)

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Las Favelas un lugar no muy agradable par a vivir donde reina la violencia y la ley del mas fuerte es en el lugar que le toca sobrevivir a muchas personas aúnque algunos la tienen más fácil que otros aúnque eso no quiere decir que sea mejor, solo queda adaptarse a las circunstancias y sobrevivir con lo que tines.

El día era normal como cualquier otro y la joven nieta de Mamá Odie, la chamana del pueblo no tenía mucho que hacer más que estar en el patio de su casa por las circunstancias en las que se encontraba ya que ir a la escuela o estar en la calle ya era peligrosos para una mujer en las Favelas y más no teniendo ningún tipo de protección de nadie.

—Parece que ya es la hora—La niña miraba al cielo y se levantaba de dónde estaba sentada para limpiar sus manos  —Mamá! ¿Ya estás lista!?—Gritaba mientras se levantaba para ir hacia la puerta.

—Siempre estoy lista, solo déjalo pasar y no le digas nada malo que te conozco— La voz de su abuela se escuchaba desde un cuarto separado de al construcción principal pero no demaciado, era como un pequeño cuarto exclusivo para trabajar.

La niña llegaba a la puerta y la abría viendo que "Dino" el líder de la zona y Minami estaban apenas llegando. —Adelante, Mamá Odie lo espera— Dino el hombre alto y de tes morena pasaba y su acompañante Minami un niño de la casi la misma edad que la niña que había abierto la puerta pero que por apariencia cualquier diría que tenía más de 16 tenía la misma intensión de ingresar pero la pequeña lo detenía con su cuerpo algo que parecía molestar al mayor

—Quedate con ella Minami es una orden— El hombre hablaba con autoridad y los dos niños agachaban la cabeza mirando al suelo para ellos el era del tipo de persona que era mejor no cuestionar sus decisiones si no querías terminar muerto.

—Como órdenes Dino—Minami hablaba con calma y Dino se marchaba de ahí

—Ven Minami, cuentame ¿cómo a estado tu mamá?— cuando ya no había rastro de Dino por la habitación la niña le sonreía al contrario de manera amistosa y lo invitaba a pasar para caminar por la casa hasta llegar a la cocina donde servía un baso de jugo para los dos.

-Ella está bien, no sé que fue esa cosa que le diste pero se mejoro- tomaba el jugo que la menor le ofrecía y seguía con esa misma cara de enojo.

-No fui yo la que se lo di, fue mamá Odie yo solo seguí lo que ella me dijo..- la menor trataba de ser amable y tener una conversación con el pero este no parecía quedar ceder, para ella esa no era la primera vez que lo intentaba aunque esté siempre se mostraba igual de frío y sin hablarle mucho. Ella por su lado estaba igual rara vez hablaba con el aunque habíamos vivido toda su vida ahí en la misma zona nunca se hablaban a menso de que fuera necesario.

-Ven, porque no me dejas leerte las cartas mamá Odie me sigue enseñando pero dice que soy buena- la menor tomaba su mano con algo de miedo de que fuera a darle un golpe por su historial de ser violento pero para su sorpresa solo chasqueo la lengua y se dejó llevar.

-Toma asiento- se sentaba en el piso del patio y le sonreía al contrario sacando una maso de cartas y comenzando a barajarlas

-Ya veo porque no tines amigos, eres muy rara- el mayor sentaba enfrente de ella y la miraba con recelo.

-Tu tampoco tines amigos, solo toca las cartas- Le ponía el maso en frente y este las tocaba con poco interés pero era ella era suficiente para comenzar a barajar de nuevo.

-Bien aquí vamos toma tres- lo miraba sonriendo un poco ya que estaba emocionada porque era su primera vez haciendo una lectura de cartas que no fuera a su abuela y el mayor solo la miraba con cara de fastidio.

-Bien ahí están las tres cartas ahora que?- tomaba las tres cartas y las dejaba en el suelo.

-Solo tines 11 y ya eres un completo amargado, bien ya te lo diré- toma la primera carta y la levanta