The Donor | Chaelisa

Capítulo 3

Lisa y Emelia se mantuvieron abrazadas durante unos buenos cinco minutos, al separarse, Lisa le besó la cabeza. Lágrimas cayeron de mi rostro y el de ella al ver cómo crecía la sonrisa de Emelia ante la ternura de su otra madre.

— Eres tan hermosa, Emelia.

— Tienes los ojos grandes como yo, mami. Y tienes esto — apunta al cabello en su frente — igual que yo.

Se aleja de su nueva madre, va hacia Khiara, y le toma la mano.

— Khi, ella es mi nueva mami. Su nombre es... — Su ceño se frunce, incapaz de identificarla — ¿Cómo te llamas, mami? — Le susurra en su oreja, aunque todas logramos escucharla.

— Lisa. — Responde en el mismo tono.

— Khiara, ella es mi nueva mami, Lisa. — Anuncia con orgullo — Ella es Khiara — le dice a su madre, apuntando a la pequeña niña — y es mi mejor amiga.

Lisa sonríe. Solo sonríe. Sus ojos no han dejado de mirar a Emelia. La mira con demasiada ternura y amor. La mira como la miro yo. Como una madre lo haría.

— Ma, ¿puedo tener dos mamás? — Escucho que le habla Khiara a Jennie, causando que todas estallemos en risas, interrumpiendo mis pensamientos.

— No, cariño, ¿porque adivina qué? Tú tienes un papá. Y ese es justo el hombre que iremos a ver. Nos vamos a ir a divertir con tu papi y dejaremos a Emelia aquí con la tía Rosé y con Lisa. — Le explica Jennie.

— ¿Lisa se va a quedar aquí? — Pregunta Khiara con un gruñido.

— ¡Sí, mi mami se queda aquí conmigo!

Lisa me mira por primera vez desde que Emelia y ella se vieron. Cariño y amor evidentes en su rostro una vez más. Saber que las hice felices a ella y a Emelia con esta reunión, se siente increíble. La felicidad de Lisa y de nuestra hija es todo lo que importa.

Son casi las 5 en punto cuando Jennie finalmente saca a Khiara de la casa; protestando porque quería quedarse con Lisa, diciendo: "puedo ver a papi cualquier día", a lo que Emelia respondió: "¡sí, y ahora podemos ver a Lisa todos los días, también!". Después de ver a Khiara con su padre muchas veces, Emelia estaba siendo muy persistente para que todas se fueran y ella pudiera pasar tiempo con Lisa.

— ¿Emelia tiene que ir a la escuela mañana? — Me pregunta Lisa mientras nuestra hija corre a su habitación, probablemente para traer todo lo que tiene, esperando que Lisa juegue a algo con ella. Pero la verdad es que Lisa haría cualquier cosa que Emelia quiera; jugar con cualquier juguete que le alcanzara haría a ambas igualmente felices.

— Sí. Normalmente yo estaría feliz con eso porque podría ir a trabajar tranquilamente, pero ella va a pelear si eso significa que no puede estar contigo.

Lisa me ofrece esa risa aniñada otra vez y yo no puedo evitar sentirme orgullosa al saber que yo se la provoqué.

Ella realmente se ve hermosa cuando se ríe.

— Ah, qué pena. Y la tarde ya se nos fue. ¿Estaría mejor entonces quedarnos aquí que salir y hacer algo?

— Sí, probablemente. Pero solo tiene que ir a la escuela una semana más y luego tendrá dos semanas de vacaciones. Si querías hacer planes, entonces las vacaciones son el momento perfecto. — Resolví — Esta noche puedo hacer la cena y luego tú y Emelia pueden pasar tiempo juntas.

— Me gustaría pasar tiempo contigo también — un sonrojo aparece en mis mejillas — pero eso estaría bien. Me ofrecería a cocinarles la cena, pero no quiero envenenar a mi hija el primer día de conocerla.