Capitulo 1

12 0 0
                                    


Inspira.

Expira.

Inspira.

Expira.

Miro mi reflejo en el espejo mientras me concentro en respirar de forma tranquila. Sonrío mirando a mis ojos marrones con heterocromia sectoral, concretamente en mi ojo izquierdo el cual su mitad es azul.

Vuelvo a sonreír, intento elegir la mejor sonrisa que pueda tener. Cuando me siento lista ato mi pelo en una coleta de caballo y suspiro.

Sonrío por última vez al espejo y salgo de mi habitación con pasos decididos.

Nuevo día, misma vida.

Bajo las escaleras hasta llegar a la cocina donde escuchaba las voces de mi familia.

—buenos días —Saludo sentándome frente a un plato que supuse que sería mi desayuno.

—Buenos días, cielo —Mamá me lanza un beso mientras termina unos huevos revueltos.

—¿Que tal has dormido? —Papá alza la vista del periódico local para prestarme su atención con una cálida sonrisa.

—Como siempre —Sonrío llevándome una cucharada de cereales a la boca —¿Donde está Jayden?

—Hoy entrenaba temprano, recuerda que mañana tiene partido.

Era cierto, por un momento me había olvidado del partido. Mi hermano, Jayden, es el mejor de los jugadores en el equipo de Hockey, no lo digo porque fuese mi hermano; si no que así era.

—¿No habrás quedado con nadie mañana, no?

—Lo cierto es que sí, con Delilah, pero nos veremos en el partido entonces —Le resto importancia, ella siempre asistía a esos partidos, es mi mejor amiga por lo tanto me acompaña a todas partes.

—Está bien, cariño —Mamá besa mi cabeza y se sienta a desayunar.

—Gracias por el desayuno, mamá.

—Sí, está bueno. Como todo lo que haces —Papá guiña un ojo a mi madre y yo hago una mueca asqueada.

—¡Cariño! —Le regaña entre risas.

—Suficiente. Me voy a clase —Me levanto de la mesa.

—Lava tu plato.

—Ya voy, papá.

Subo arriba a esperar a los mellizos, Ned y Timm, siempre se pelean y por culpa de eso yo llego tarde a clase, tenemos suerte de que al menos les dan de desayunar en el colegio.

Una vez ya estaba todo hecho puedo irme a clase. No está muy lejos, de hecho queda a menos de dos manzanas, aún que a veces se hace largo con las absurdas preguntas de los dos niños de 7 años que me acompañan, los quiero claro está, son mis hermanos, pero no quita el hecho de que me cansen. Antes de llegar a clase paso por Delilah como siempre hago.

—¿Por que inventaron los coches en vez de unos patines súper rápidos para trasladarse?

—No lo se, Ned —Suspiro con una pequeña sonrisa —¡Date prisa! —Grito a la ventana abierta que da a la habitación de Delilah.

—¡Voooy! —La escucho gritar.

—Buenos días, Hera —La vecina de Delilah me saluda cuando sale de su casa. Me mira intentando analizarme, como si estuviese planeando algo.

—Buenos días —Sonrío al darme cuenta de que mi rostro ha cambiado a la sospecha —Saludad —Les susurro a los pequeños.

—Buenos días —Repiten a la vez torpemente. La vecina solo sonríe forzadamente y continúa su rumbo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 21, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Extraños. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora