"Jardín: Terreno en el que se cultivan plantas y flores ornamentales para hacer de él un lugar agradable." ☆°•.
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En un gran "Jardín" descansaba un joven, pelinegro, pálido y con ojos carmín bastante apuestos para la mayoría.
Era el príncipe Damien, echado entre las flores sintiendo el viento mientras observaba las nubes sin ningún pensamiento en específico en su cabeza, solo esperando que pronto la tierra donde reposaba lo tragara algún día.
El príncipe Damien estaba bastante solo la mayoría del tiempo, aunque tuviera mil sirvientes revoloteando a su alrededor nunca se sintió acompañado. Su padre tenía labores de rey y casi nunca estaba en su castillo, tenia una buena relacíon con el pero no estaba presente en su vida
¿Oh y su padrastro? Casi siempre lo ignoraba.
El príncipe Damien anhelaba a un compañero u hermano que lo acompañara siempre lo cuidaría como "a oro en polvo"...
Una idea floreció en su cabeza como el reciente brote de Hortensias rojas que había crecido en sus espaldas
"¿Debería pedir un acompañante a mi padre?"
Claro que debía, era lo que más deseaba desde hace mucho tiempo, demasiado
Talvez y solo talvez necesitaba compañía y solo se estaba volviendo delirante, de todas maneras dudaba que su viejo padre aceptara su ruego.
Pero a pesar de ese pensamiento...
"¿Qué iba yo a perder con una simple pregunta?"
Facil, muchisimo pero no tenia lo suficiente para qué importara, en verdad si perdia o no solo queria un amigo con el que pasar las eternas horas.
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