❝𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐓𝐔𝐒 ────𝘁𝗵𝗲 𝘃𝗶𝗹𝗹𝗮𝗶𝗻𝗲𝘀𝘀 𝗶𝘀 𝗺𝗮𝗿𝗶𝗼𝗻𝗲𝘁𝘁𝗲✓

𝐀𝐂𝐓 𝐎𝐍𝐄

𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐓𝐔𝐒 | 𝐀𝐂𝐓 𝐎𝐍𝐄 I
INCESTO IMPERIAL

Mientras la luna era testigo de la unión más profana y, al mismo tiempo, más hermosa de la historia, se convertía en su cómplice en aquella pequeña travesura entre dos amantes prohibidos.

Su luz hacía ver la piel del joven príncipe aperladamente a causa del sudor; su espalda tenía marcas, marcas que habían sido hechas por las uñas de cierta princesa que ya hacía debajo suyo y que con cada movimiento hecho por él príncipe ella volvía a hundirlas dejando cada vez más de ellas.

Las mañanas eran tal vez los días más difíciles para ellos dos. Debían de fingir que nada entre ambos sucedía pero en realidad, con tan solo una conexión de miradas, la pasión y el descontrol se podía apreciar en su total esplendor.

Todo sería tan fácil si tan solo no fueran hermanos.

—Sé que nuestro padre te ha enviado a llamar— mientras las telas de la cama del joven príncipe cubrían en su totalidad el cuerpo desnudo de la primera princesa del Imperio, las mismas cubrían la mitad de cuerpo del príncipe —¿Está vez para qué fue?

—Empieza a sospechar— contestó teniendo toda su atención en aquel juego que había inventado entre sus dedos y el cabello tan laseo de su hermana —Es la única respuesta que encuentro para lo que me ha pedido esta vez.

—¿Y qué fue?— preguntó.

—Matrimonio— hubo silencio entre ellos.

Cayena miró al menor con seriedad.

—¿Y tú que respondiste?— volvió a preguntar, estaba ansiosa por oír la respuesta a esa pregunta.

—No dije nada— no fue una respuesta satisfactoria —Solo quedé en silencio, mirando a sus ojos.

—Sin siquiera rechazarlo— apartó su cabello de las manos de su amante para levantar el cuerpo de la cama eh iniciar a vestirse nuevamente ante la atenta mirada de su hermano —¡Debiste rechazarlo!— gritó de pronto dejando al Príncipe en sorpresa —¡Debiste de haber dicho que no te comprometerías con... Una mujer. No por ahora!

—Cayena, sabes que mi palabra ante él no tiene valor— era cierto —Aún así, padre no toma este asunto con importancia. Solo fue una mención.

—¿Una simple mención de un compromiso de matrimonio?— vestida ya solo faltaba colocar sus zapatos.

—Será mejor que te calmes— sin recibir una más de las respuestas de su amante, la princesa Cayena, quien era su hermana mayor y su mujer, había tomado la decisión de retirarse del dormitorio con prisa.

No. Él no iría detrás de ellas. Sabía que ella requería de tiempo a solas.

Y fue el tiempo suficiente para que ella notará los primeros síntomas de un verdadero problema.