| Pasa el tiempo |
Hasta el día de hoy han pasado muchas cosas, exactamente 4 meses desde que llegué aquí. Después de mi primer día, alguien sigue empeñado en hacerme la vida miserable, y cada vez considero más la opción de terminar nuestra "tregua" y zamparle la cara en la primera pared cercana que vea.
Algo bueno salió de esto: tengo a Giin, a Zeta y, por supuesto, la linda Connie. La oficial que me ayudó aquel día del aseo a ubicarme un poco.
Han pasado muchas cosas y un duro entrenamiento. Acepté que, si quería sobrevivir entre toda esta bola de ratas asquerosas, debía esforzarme. Por supuesto, el cascarrabias pelirrojo no ha cambiado. A veces ni me mira, y cuando lo hace, es para hacerme la vida imposible. Ya le he tomado el modo y lo ignoro, lo cual le da más cólera.
Intenté averiguar sus gustos, no porque me importara... obvio que no. Pero lo que había logrado saber es que literalmente es un tempano de hielo. Le gusta el té negro, completamente negro, no come golosinas. Además, ese hombre vive solo para el trabajo. Nunca lo he visto divertirse ni un poco... es raro, raro y desagradable.
Por otra parte, hice una mayor amistad con el caballero de Ren, y vaya que se veía cero amistoso. Pero resulta que conocí lo opuesto, alguien con miedo al fracaso. Aun es un reto hacer que se abra y confíe, pero no es malo a mi parecer.
Estoy en mi habitación tratando de arreglar el último detalle de mi uniforme cuando alguien toca mi puerta. Me dirigí a abrirla, topándome con un nervioso general pálido.
—Oficial, qué bueno que está lista — dijo respirando agitado.
—¿Lista para qué? — lo miré perpleja, sin entender, pero según lo que yo veía, no era nada bueno.
—Es hoy — miré al general tratando de entender sus palabras. —Hoy el líder supremo quiere verte, tonta.
—¿Hoy? No, no, no, él dijo que...
—No importa lo que dijo en el pasado, quiere verte AHORA — hablo algo irritado, pero sabía que estaba muy nervioso. Él tampoco lo esperaba.
Ni siquiera terminé de arreglarme correctamente. Sabía que era urgente y debía ser puntual. Lo miré salir de la habitación; sabía que no esperaría otra objeción, así que salí para seguirlo.
Caminamos por un pasillo hasta que llegamos a una puerta grande que nunca había visto. Todo estaba en silencio hasta que habló.
—Si no te da la palabra, no hables — advirtió.
—Sí, gene... — no terminé. Me quedé boquiabierta cuando la puerta empezó a abrirse. Me estaba muriendo de nervios.
Sin tiempo para recibir otra palabra, la puerta se abrió. Era una sala enorme, con unos soldados que jamás había visto. Estaban por toda la sala como si en esa sala se encontrara el tesoro del faraón. Y al frente, una gran silla; justo ahí estaba el holograma de nuevo.
Seguí al general, quien caminaba hacia la figura de Snoke.
—General Hux — habló aquella cosa. Esa voz seguía pareciéndome horrenda.
—Líder supremo — dijo el otro. Esa voz de perro manso solo se la conocía cuando estaba frente a él.
—Quiero que me cuentes todo de estos últimos meses.
—Sí, líder supremo — me vio de reojo y luego devolvió su atención a Snoke, el cual esperaba respuesta impaciente. — La oficial Deil ha tenido resultados realmente buenos.
Me sorprendí ante eso y miré al pelirrojo.
—Bueno, ella realmente se ha esforzado bastante y ha acatado todas las órdenes que se le han dado, como todo buen oficial.
El líder supremo me miró.
—Seguro, no esperaba menos — me quedé congelada, mirando a aquella cosa desagradable. Respiré de nuevo cuando dejó de verme y dirigió su atención al pelirrojo. — Bien, general, buen trabajo. Ahora que terminó su entrenamiento, debe unirla junto con sus demás oficiales.
—Sí, líder supremo.
—Veo que no me he equivocado contigo, oficial. General, quiero que le asigne otra habitación, en la zona C — el pelirrojo abrió los ojos con asombro y disgusto.
—Pero esas son las de los altos cargos — protestó.
—Eso no me importa, es una orden, y si no le gusta, entonces nómbrela coronel.
De inmediato, imité el gesto anterior del pelirrojo y sentí cierta mirada de ira en él. Si me odiaba, ahora me va a querer matar.
—Pero ella es una inexperta. Ni siquiera ha pasado por los estudios necesarios, por los demás grados — habló por primera vez no obedeciendo al líder supremo.
—¿General, te atreves a cuestionar mis órdenes?
—No, líder supremo — agachó la cabeza en son de rendición.
—Perfecto, entonces haz lo que se te ha ordenado.
El holograma desapareció.
Oh no, algo me decía que estaba en problemas. Todo quedó en silencio; me sentía tensa. No era necesario mirarlo para sentir su mirada queriendo matarme.
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[REESCRIBIENDO] |SIEMPRE LA PRIMERA ORDEN | General Hux | SW
Fantasy→¿Qué pasaría si los cambios de realidad cuando estamos inconscientes son posibles? Deil, una estudiante de universidad, tiene un giro completamente inesperado en su vida. Despertar en un lugar totalmente desconocido, puede ser algo impactante y sor...