Único

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Se le hizo un poco tarde salir de la empresa. No había terminado un trabajo ese día y no quería desperdiciar su día libre trabajando cuando podía estar en casa con su omega y sus dos pequeños alfas. A mitad de camino se desvío de forma brusca escuchando bocinas dirigidas para él y las gomas del carro chillar.

De momento se sintió vacío como si su lobo acabará de irse. Cuando recupero la conciencia fue conduciendo rápido hacia su casa la mala suerte fue que iba más a 70 millas y la policía andaba detrás de él pero no le importo.

— ¿Felix? —lo había llamado por teléfono y no recibió ninguna respuesta.

Tal vez se había ido a dormir.

— Maldita sea cuando más tengo prisa más joden estos imbéciles.— refiriéndose a la policía.

Mayormente se tomaba alrededor de de una hora y media en llegar pero como iba en alta velocidad y comiéndose las luces roja llegó en menos de 15 minutos. Bajo del auto y cuando iba quitar la cerradura nota que la puerta esta abierta y escucha la policía diciendo que entrará. Le valió y fue corriendo hacia la habitación que compartía con su omega.

— No, no, no, no, no. —niega repitiendo una y otra vez desesperado.

Corre a la habitación de sus hijos y ve la misma escena que vio en su cuarto. Su esposo estaba en un gran charco de sangre a igual que sus dos hijos. Sin darse cuenta empezó a gritar tanto que la policía que andaba detrás de él entraron y se sorprendieron al ver la misma escena de Minho. Rápido llamaron a especialista y trataban de calmar al alfa.

— ¡Sueltenme maldita sea! —empujo al guardia llendose corriendo en donde estaba su omega tirado. — Felix, dime algo. ¿Que sucedio? ¿Quien fue? —Sacude de forma brusca desesperado por tener una reacción de este.

Por suerte el menor seguía respirando aunque con mucha dificultad e intentaba abrir sus ojos pero se le hacían tan pesados. Aunque intentará de hablar no podía hacerlo bien por lo que salían puros murmullo.

— V-vas a estar bi-bien, ¿cierto? —le hubiese gustado responder con un sí.

Ambos sabían que ese día su historia junta había acabado en esa vida. Aquella hermosa vida que habían formado juntos llena del todo el amor sincero que se tenían estaba apunto de acabar. Las risas, su pequeña familia, los niños, su esposo y su felicidad se estaban yendo de un momento a otro dejándolo tan aturdido y con miedo de como perdió todo después de a ver encontrado el amor de su vida y ser padre lo perdió TODO de manera cruel.

— Fue ex, intente... pistola

— ¿Agarrar la pistola? —hace un sonido afirmando.

Su omega después de todo intento defender a sus hijos y lamentablemente se le hizo tarde. Minho no paraba de llorar y de torturarse de forma mental. Sentía que era su culpa y fallo como alfa a no poder defender a sus hijos y omega. Tenía que ser un maldito enfermo para matar a unos cachorros de apenas 5 años, andar obsesionado con un chico que ya ni lo quería en su vida.

Minho sabía que sus hijos no se encontraba con vida. Fueron los primeros lazos en romperse antes de llegar. Hyunjin y Changbin eran mellizo que amaban andar peleando por el amor de su madre, siempre cuando salía del trabajo eran los primeros en bajar por aquella escalares a recibirlo con un fuerte abrazo y emocionados mientras contaba alguna queja o como les había ido en su día. No quería levantarse mañana y ver todo lo que le iba faltar.

Su cuerpo fueron llenaron de plomo. Hyunjin por la barriga y Changbin cerca del corazón.

— Viví feliz contigo, yo de verdad ame todos estos diez años juntos a ti y los nenes. Lamento no haber defendido a nuestro cachorro y no poder hacer que de ahora nos conociera. —Felix se le hacía difícil hablar pero no quería irse sin despedirse.— Lo bueno de ser destinados es que

Unhappy | MinlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora