── 𝐰𝐨𝐧♡𝐤𝐢 ──
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Riki tiene una maldición, él lo llama don.
Toda chica que lo ha besado encontró el amor en los siguientes 7 días después del beso. Él ha echo de esto un negocio ¿Cuanto pagarías por encontrar al amor de...
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Día 1. Miércoles.
JungWon mantuvo los ojos abiertos todo el tiempo, sintiendo la suavidad de los labios del otro chico por unos segundos, antes de ser empujado hacia atrás, no tan fuerte como esperaba, pero si lo suficiente para que se apartara.
Riki parpadeo varias veces, abriendo la boca sin decir nada. Se suponía que debía golpearlo o algo así. Pero aun no salía del shock, un chico lo había besado.
No había sido un beso muy largo, solo un roce de labios, fue un poco más que un roce, pero no un beso, eso no era un beso. Y él tenia que hacer algo, el chico mas bajo aun estaba frente a él, mirándolo.
— Siete días. — fueron las palabras que abandonaron sus labios, no era lo que quería decir, eso no era lo que se suponía debería estar diciendo y sus labios siguieron moviéndose. — buena suerte.
El chico mas joven frunció el ceño. Y Riki se sintió estúpido por sus palabras.
— ¿Siete días? — dijo Won sonriendo. — no quiero el dinero que Yuna pagó, sino el doble.
Riki reacciono ante sus palabras, limpiando sus labios. Sentía ganas de golpear al chico que tenia enfrente, pero por alguna razón se contuvo, esta parecía una gran oportunidad para él.
Nadie, sin excepción, había fallado en hallar el amor después de un beso suyo, y ese niño no era diferente.
Riki entrecerró los ojos. — Mis besos no son gratis. — luego extendió el brazo con la palma abierta hacia arriba, esperando su paga.
— Yo no pagare nada.
— Quiero el doble, yo no miento. —tomo al chico por la barbilla, levantando su rostro. — cupido ya lanzo la fecha.
— Esas no son más que tonterías.
— En siete días, aceptaras tu derrota. —recorrió con sus dedos la mejilla de JungWon mientras hablaba. — quiero el doble. Yo no beso chicos.
— Es un trato entonces. — JungWon aparto su mano de su rostro— en siete días, el perdedor pagara el doble.
Mientras tanto Sunoo intentaba secar el rostro y la camisa de su mayor, tomando varias servilletas de papel en su temblorosa mano.
— Lo siento tanto Hyung. — decía una y otra vez, pero el chico no parecía muy interesado en sus disculpas, no dejaba de intentar alejarlo.
Las manchas cafés de su camisa no saldrían con esas pequeñas servilletas. Y SungHoon más que sentirse molesto por las manchas, estaba comenzando a enojarse con el chico, que por mas que intentara hacer a un lado, ahí seguía, disculpándose.
Y tanto Riki como JungWon notaron la cantidad de personas que aun los miraban, algunos con sus cucharas a medio camino de su boca, viéndose tan sorprendidas por la escena que acababan de ver.
