Uno

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7 noviembre 1955

Querido lector desconocido,

   Espero que disfrutes de esta carta, o por lo menos, que te forme una idea acerca de como funciona el mundo. Hoy, alrededor de la hora 14:00 decidí arrojar veinticuatro cartas al mar con la esperanza que alguien las va a leer. No, no es un tema normal, no se trata de una vida feliz y contenta..., sino acerca de cómo el mundo gira alrededor de otros para tomar ventaja detrás de ellos. Recuerdo muy bien como durante la segunda Guerra Mundial mi madre me sostenía en sus brazos y corría de un lado a otro conmigo. Intentaba salvarme. Pero solo para después enterarse que voy a morir. Un año, dos años o diez años incluso veinte años. Nadie sabía con precisión cuando Edward Miller va a morir.
   Lástima que ese tiempo ya a pasado, y ahora estoy más solo que cuando la luna aparece en el cielo, o cuando el sol dirá que voy a morir. En una semana o puede que dentro de dos o incluso tres semanas. Lo que es seguro es que moriré pronto. Nunca quise pensar en el día en que me iré, cuando ya no estaré en la tierra o pensar en el hecho que mi madre me va a tomar la mano y llorará sobre mi cabeza. Seré solo un cuerpo sin vida.
   Un cuerpo que con el tiempo sera enterrado bajo el suelo y comido por las lombrices. En los días me pregunto, ¿Existirá el cielo o el Infierno? No sé qué respuesta debo darme a mí mismo. Hay preguntas a las que no podemos encontrar respuestas, como esta, por ejemplo.
   Voy a llegar a flotar en un abismo perdido, donde nadie podrá llegar a tocarme o mi vida llegará a su final para siempre. No lo sé ni yo, y sinceramente, no lo quiero saber. El pensamiento de que voy a morir y que después no podré pensar por mí mismo o no podre andar mas, me asusta. Deseo que en el momento en el que voy a morir vaya a existir en otra vida. Convertirme en un delfín, nadar junto al mar, mirar la puesta del sol y ver lo maravilloso y bello que es. Cuando me di cuenta de que mi vida fluyó a través de mis dedos, me impuse a mi mismo salir de esta.
   El pensamiento hacia la muerte o el hecho de que lloro constantemente, no cambia nada. Ni siquiera tu, lector, no tienes que llorar. No importa que vida tienes, no importa cuantas dificultades has pasado y cuantas no, al final, existe solo una puerta a través de la cual vas a pasar y allí todo será inmune. Las respuestas van a venir solas. Todo va a estar bien, créeme cuando te digo esto. La muerte no es la única forma con la que puedes terminar con tus problemas. Tienes que luchar por lo que deseas, gritar cuando algo no va bien, apretar los dientes cuando quieres tener a alguien junto a ti y amar, a pesar de que nadie te ama a ti.
   Espero que tus problemas tengan respuestas, así como las mías.

Con mucho gusto,

Edward Miller

1955 s.vDonde viven las historias. Descúbrelo ahora