Tres

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7 noviembre 1955

Querido lector desconocido,

   Se te va a hacer raro cuando emperezaras a leer esta carta. Alomejor a mi también se me hace raro escribir esto para un desconocido. Lo que quiero decirte es que es la unica manera de la que puedo llorar y superarlo. Mis días estan contados por la enfermedad que me come poco a poco cada hueso. Tengo cáncer. En unas semanas voy a morir.
   Asi que decidí arrojar unas cuantas botellas con cartas al mar, este e la tercera carta, donde escribo mis problemas, aquellos problemas que nunca conseguí contar a los demás. No sé cuanto va a leer de este carta pero espero que no la tires antes de abrirla. Deja contarte algo de mi vida. Estos días son tan tristes.
   Pensaba en hacerme un diario y escribir allí todos mis sentimentos, cada día, cada ora, cada segundo. Pero este pensamientos se fue rápidamente cuando me dí cuenta de cuanto tiempo me queda. No mucho, eso esta seguro. Así que voy a contarte a ti, cosas que nunca dije a nadie. Nisiquiera a mis padres. En el año 1944, tenía seís años y mi tio, que descanse en paz, me sugirió salir a dar una vuelta por el parque. Estaba asustado, de verdad, los tiempos de la Segunda Guerra Mondial no eram tan agradables.
   Todas la personas muertas, todas las bombas atómicas lanzadas para los civiles y militares me fueron grabadas en la mente aunque era solo un niño. Pero, ló accepte, la guerra no podría encerrarnos dentro de la casa por toda la vida. En cualquier momento alguien podría tirar alguna bomba dentro de la casa y morir en menos de un segundo, lo mismo que paso con mi vecino, Victor. Podre hombre, no me puedo imaginar lo mucho que a sufrido. Su familia estaba dentro de la casa, en ese momento, el estaba en la guerra luchando, era militar.
   Pero, este cuento es uno diferente, fué una que me marco la vida. Queriendo o no. Daba una vuelta por ese parque abandonado, aunque antes de la guerra el parque estaba lleno de gente. Los niños felices, parejas enamoradas, mujeres de la tercera edad que salian a pasear para mantener sú salud en la mejor altura. Sabemos todos que si no te mueves, corres el riesgo que algún día no consigas levantarte. Volviendo a lo que estaba diciendo, querdo lector.
   Paseando oí una explosión, una muy fuerte. Mi tio me dijo que corriera pero no sabia en que dirección. Asi que, me escondí entre unas rosas y las espinas me dieros picazónes por muchos días. El se quedo allí, mirando panicado a su alrededor, queriendo saber de donde venía ese ruido. Todo lo que oí fue un cañonazo y su cuerpo cayendo al suelo, sin vida... Antes de cerrar los ojos me dijo que me quedara allí donde estaba, asi que me quede allí hasta que esos idiotas se fueron.
   Si tenía la misma inteligencia que ahora... Podría parar eso. Desde entonces me prometí no dejar a nadie morir antes que yo. El dolor de perder a alguien amado o familiar es muy fuerte, te come por dentro y no puedes hacer nada. Te roba asta la última esperanza. Espero poder cambiar algo con esto, pe si yo no me puedo cambiar a mi cómo podré cambiar a los demás?

Con mucho gusto,

Edward Miller.

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⏰ Última actualización: Aug 16, 2018 ⏰

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