Capítulo 2.

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Entonces baje del auto y me despedí de mi mamá. Entre al colegio y me encontré con mi amigo.

—Hola Nico —dije y le di un abrazo.

—Hola —rió—. ¿Cómo estás?

Yo estaba bien, pero solo cuando estaba con él.

—Estoy bien, ¿y tú?

—Igual —respondió encogiéndose de hombros—. ¿Entramos? Se hace tarde.

—Sep.

Entramos y nos sentamos en nuestros lugares como todos los días, él se sentaba al lado mío como siempre lo hacía. Nosotros estábamos siempre juntos, como si estuviéramos en nuestra propia nube, solo éramos nosotros... Él y yo. Aunque el sí tenía más amigos. No como yo, la "antisocial".

—Saquen su libro y abran la página 25 y 26 para comenzar —dijo la profesora, y como ella dijo lo hicimos.

Saque mi libro y abrí las correspondientes páginas que había dicho la profesora, pero me di cuenta que Nico se había olvidado su libro. Así que decidí compartirlo con él.


—Hey —le susurre a mi amigo—. ¿Te olvidaste el libro?

—Si —rió nervioso—. ¿Podrías compartirlo conmigo?

—Obvio que sí, para eso te pregunte —le dije.

—Gracias tontita —me dice y luego me sonríe.

—De nada, tarado. Además ya hay que empezar a hacer lo que nos dijo la gruñona, ¿o prefieres que nos mande con el director? —reí y juntamos las mesas para que quede como una sola. En el trayecto, Nico no entendía algunas cosas. Así que yo le ayudaba.

La clase de inglés había terminado, toco el timbre que avisaba que estaba comenzando el receso. Así que salimos, pero no apurados como los otros.

— ¿A que jugamos? —me pregunto y yo seguía pensando hasta que se me ocurrió algo divertido.

—Juguemos a verdad o reto, ¿te parece bien?

En realidad, tenía planeado algo "malvado" para él.

—Bien, pero que sea rápido porque en un rato volvemos, Nina.

— ¿Verdad o reto?

—Elijo verdad.

¡Bien hecho Nico! Solo espero que respondas mi pregunta...

—A ti... ¿Te gusta alguien?


—Yo... No–no me gusta nadie...

Sospechoso... Se puso muy nervioso para no tener a alguien que le guste. A no ser... ¡Que si la tenga!

—Mmm, está bien. Te creo —le dije, aunque obviamente no le creía nada de lo que dijo—. Ahora es tu turno...

—Yo te pregunto lo mismo —sonrió—. ¿Te gusta alguien, Nina?


O-okay... No supe que decir y me sonroje. Jamás me gusto un chico. La cosa es, ¿Por qué no pude responderle en el momento?


Justo toco el timbre de que había terminado el receso y teníamos que volver a clases. Yo no le había respondido aun a Nicolás, no sé qué responderle. Nico de vez en cuando me miraba con cara de que quisiera una respuesta, pero yo solamente miraba para otro lado haciéndome la tonta.

— ¿No me vas a responder, Nina? —me pregunto.

— ¡Eh!.. Sí, no–no me gusta nadie... ¿Satisfecho?

—Supongo.

—Nico —le llame.


— ¿Qué?

—Em, me preguntaba si querías acompañarme hasta mi casa porque mi mamá tuvo que irse al trabajo y no puede venir a buscarme y bueno ya sabes... Mi casa queda lejos de aquí así que...¿Quieres acompañarme? —hable súper rápido, no me sorprendería si no me entendió.


—Esta bien, te acompaño Nina —me sonrió.

¡¿Qué?! ¿Cómo me entendió? O sea, ni siquiera yo me entendí...Okay no.


Las clases terminaron y ya era hora de irnos, así que lo busque a Nicolás y le dije que ya nos vamos. Termina de guardar sus cosas y esperamos un rato para que cuando sean las doce, salgamos. Al fin nos dejaron ir y fuimos caminando hacia mi casa.


—Hey Nico... ¿No crees que hace mucho frió? Creo que moriré de hipotermia —bromeé, pero con el frió no—. ¿Tú no tienes frió?

—Nop, no tengo frió.

En el momento en que dijo eso sentí su suéter sobre mí.


— ¿Qué haces? ¡Vas a pescar un resfriado! —hice una mueca de enojo, pero en realidad estaba agradecida.

— ¡Al menos deberías agradecer que te di mi suéter! ¿No? —dijo haciendo un puchero y agarrando su suéter.


—Jhm... Gracias, pero con un abrazo tuyo me bastaba ¿sabes? —cuando me di cuenta de lo que dije me tape la boca y me sonroje.

—Si quieres —se encogió de hombros y me atrajo hacia él.


Luego de unos minutos hable.

—Cre–creo que ya estoy lo suficientemente caliente así que...

— ¡Ah!.. Si, lo siento, me tarde —se rasco la nuca.

El me agarro de la mano ya que dijo que mis manos estaban frías y mi suéter no tenía bolsillos. Estaba un poco avergonzada por lo sucedido hace un rato, pero bueno, al menos se me paso el frió que tenía.


Llegamos a mi casa y me despedí de Nico con un beso en la mejilla. Entre y mi madre no estaba, se ve que aún estaba trabajando. Fui hacia la cocina y me prepare algo de comer, subí las escaleras a mi pieza para poder comer mi almuerzo tranquila.

Me quede pensando lo que paso hoy, camino hacia mi casa con Nicolás, recordé lo que dije, el abrazo y que nos habíamos agarrado las manos. Últimamente me están pasando cosas raras, no sé qué será...


Bueno, espero que les haya gustado y lo hice largo para compensar lo de ayer.

Los amo, bye ♥.








Amor a los 11 años. /EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora