Capítulo 3.

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Baje a la cocina y lleve conmigo los platos que había usado hace un rato, los deje encima de la mesada para después de una siesta, fregarlos. Subí de vuelta a mi habitación y me tire en la cama, en el momento en el que me tire, caí en un sueño profundo.

Soñé que Nicolás y yo estábamos en una cita y todo era muy rosa. Me desperté desesperada y confundida con el sueño que había tenido, fue muy raro, no sé qué me está pasando.

— ¿Qué acabo de soñar? —susurre a mí misma—. Esto es raro, mejor no le cuento a nadie. En realidad no tengo a quien contarle, tonta soy...

Escuche el ruido de un auto. Era mi madre, estacionoel auto y entro a la casa. Baje rápidamente las escaleras para ir a saludarla yabrazarla. Ya era medianoche.

— ¡Mamá! —grite feliz de verla—. ¿Cómo te fue en tu trabajo?

—Hola Nina —me beso la frente—. Como siempre, un día ajetreado en el local...

—Jhm... ¿Tienes hambre ma? Es que te guarde el almuerzo de hoy...

— ¿Tu cocinaste? —dijo sorprendida—. Tú sí que eres mi hija, habilidosa. Me gustaría comer de tu almuerzo Nina, ¿podrías ponerme la mesa?—me sonrió.

—Claro, a sus órdenes mi señora —hice un gesto caballeroso y luego me eche a reír. 

Me di la vuelta y camine a la cocina, ya que estaba en la entrada. Me dirigí al cajón de los platos y saque uno y luego saque cubiertos y un vaso para el agua (obviamente fría). Serví todo para ella y se dispuso a comer.

(...)

Cuando mi mama termino de comer, se despidió de mí y subió las escaleras hasta su habitación. Yo junte la mesa y lleve los platos hacia la cocina para poder fregarlos, después de eso apague las luces del comedor, el living y por último la cocina.

Subí a mi habitación y me acosté en la cama, pero no me dormí, si no que me quede pensando en el sueño que había tenido hoy.

¿Qué está pasando? ¿Sera qué?.. No, no puede ser... Él es solamente mi mejor amigo, pero, ¿y si lo estoy? Bueno a decir verdad, él es bastante lindo. Ojos medio verdes, mide 1.68 y tiene el cabello castaño oscuro, y además el cumple los años el mismo mes que yo, el cumple el 5 de septiembre y yo el 15. Él es tierno, pero solo lo demuestra conmigo, no sé porque.

Después de tanto pensar, me quede dormida.

(...)

Bip, bip, bip. Ese sonido emitía el fastidioso despertador. Con pesadez me levante y camine al despertador. Lo apague y de nuevo fui a mi cama. Ah... Que bien se sentían las frazadas calientes. De repente abrí mis ojos asustada por que sea tarde para el colegio. Me senté en la cama y trate de ver la hora, las seis treinta.

Me volví a dormir, pero solo 5 minutos puesto que una salvaje mama apareció en mi habitación.

 — ¡Nina! —Grito mi mama haciendo que saltara de mi cama del susto—. Hay que levantarse, ¿sabes?

Me volví a acostar, pero sentí como se abalanzo arriba mío.

— ¡Mamá! ¡Sal! Ya me levanto... —me dio un beso en la mejilla derecha y salió de mi habitación—. Por fin... —susurre.

Di un salto de la cama y fui al baño para una ducha rápida, no sin antes agarrar mi bata. Salí y seque bien mi cuerpo para después ir al armario y elegir ropa. Saque un pantalón gris oscuro y un top blanco con estampado de aves. Me vestí rápido y me puse mis zapatillas para luego ir al baño a desenredar mi rubio cabello ondulado.

 Fui al baño y me higienice, luego me puse un poco de rímel. Agarre mi mochila y baje a la sala, donde se encontraba mi mamá.

Ella ya había hecho el desayuno, así que me senté en la mesa y tome mi té con galletas.

—Buen día, Nina —dijo mi mamá.

—Buen día mamá.

—Em, ya debo irme. ¿Iras a trabajar hoy?

—Suspiro—. Si, hoy también trabajo en el local de ropa, bueno, adiós Nina —me beso la frente y agarro su bolso para salir al trabajo.

—Adiós mamá —susurre, y lo único que escuche fue el portazo que dio al salir.

Agarre mi mochila y la colgué en mi hombro. Camine hacia la puerta y la abrí para poder salir. 

Caminé por la acera mientras pensaba en como enfrentaría a mi amigo si lo veo hoy.

(...)

Llegue a la escuela y entre, me encontré con Nico y no sabía qué hacer, así que trate de ignorarlo.

 — ¡Hey! Nina, ¿a dónde vas? —me dice confundido, ya que siempre nos saludamos.

Yo solo lo ignore y seguí mi camino hasta llegar a clases, creo que estuvo mal lo que hice. Aunque Nico se sienta al lado mío yo miraba para otro lado, hasta que me hablo.

— ¿Por qué me evitaste hoy? —me pregunto, mientras que yo sentía su penetrante mirada que me ponía nerviosa.

—Em... Yo... Na–nada, no pasó nada. Es solo que no te escuche con tanto griterío —mentí.

—Mmm, está bien. La próxima vez hace un esfuerzo para escucharme, sorda —dijo burlón.

—Como tú digas —me enoje, el decirme sorda de alguna manera me hizo enojar.

— ¿Qué? No me digas que te enojaste...

—No, no me voy a enojar por una estupidez...

—Jhm... Te conozco y se cuándo te enojas, así que estas enojada.

Ay, este chico me conoce bien, y lo digo en serio...

—Bueno si, me enoje Nicolás. A decir verdad, si te escuché en el pasillo, es solo que te evite —agache la cabeza.

—Ah, pues no me importa.

Desde ese momento no me hablo más. La profesora de Lenguas y la clase comenzó. 

—Niños, por favor silencio, comenzaremos la clase con una historia, ¿de acuerdo?

Todos sacamos nuestros libros y el estuche y procedimos a leer.

(...)

Cuando la clase termino toco Matemáticas, durante el trayecto, Nicolás ni siquiera me miro, soy una idiota.



Bueno acá termina el capitulo, pero no se preocupen que en un ratito la sigo.

¡Bye!

EDITADO 26/02/2016.













Amor a los 11 años. /EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora