Capítulo 1: Secundaria

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Me encontraba rodeada de gente, podía sentir los gritos de algunos compañeros desde el banquillo, que iban al unísono con la multitud de las gradas. No dejaba de escuchar cómo gritaban coordinadamente el nombre de mi escuela secundaria a mis espaldas y ambos lados. Resultaba una fuente de energía saber que tanta gente me apoyaba.

- ¡Kitagawa! ¡Kitagawa! ¡Kitagawa! - La otra mitad de las gradas resonaba igual de fuerte, animando el último set del partido con un marcador veinticuatro a veinticinco, solo les faltaba un punto.

Metimos punto, siendo vitoreados por todos los que animaban a mi escuela.

- ¡Rotad, vamos! - Obedecí al capitán y me preparé para el bloqueo, situada en la posición central de la pista.

- Necesitamos que esta jugada salga bien para ganar, preparaos bien. - Shiko resultaba demasiado enérgico como compañero, aunque me reconfortaba que hubiera hablado conmigo desde que Kotaro y Keiji pasaron a preparatoria.

Me centré por completo en la posición del balón en cuanto pasó sobre mi cabeza. Recibieron a la perfección, dejándole la pelota perfecta al colocador. Todo el público quedó en silencio tras ver cómo nadie remató aquella colocación, y tras unos segundos de asimilación, nuestras gradas comenzaron a gritar descontroladamente. Los del banquillo acudieron a la pista, sumiéndonos en un enorme abrazo del cual yo solamente buscaba salir, aunque Shiko me lo impidió agarrándome de la cintura.

No llegamos mucho más lejos. El siguiente partido lo perdimos, quedando eliminados de la última competición en la que podíamos participar como escuela secundaria ese año.

- Joder... - Suspiré.

- ¿Estás bien? Te ves cansada. - Moví la mano para despreocuparlo mientras negaba envuelta en furia.

- No es cansancio, es frustración. Los idiotas del otro equipo me han echado miradas de pena al tener que ir a vendarme los dedos, pero en Haru ni se han fijado. - Su mirada extrañada me hacía suponer que no había captado el motivo por el que eso me molestaba. - Me miran con pena por ser una chica. ¡Ni siquiera me han mandado un saque cuando me tocaba recibir! - Solté un gruñido mientras aporreaba el suelo con mi pie.

- Da lo mismo lo que piensen, eres la mejor jugadora de entre nosotros, por eso te permitieron jugar en el equipo masculino. - Su intento de calmarme solo alimentó mi rabia.

- Que asco que la gente no entienda las cosas. Hasta tú consigues darte cuenta de que no soy débil. - Sentí la presencia del equipo al que acabábamos de enfrentarnos detrás.

- ¿Cómo dejan jugar a una chica en un equipo masculino? Ni siquiera le has dado al balón. - Ese idiota, tenía ganas de liarme a puñetazos con él, aunque no valdría la pena ensuciar la equipación limpia que acababa de ponerme.

- Shiko, ¿me dejas el balón un momento? - Me lo cedió, acercándomelo algo preocupado por lo que se viniera a continuación. No le faltaban motivos para preocuparse. Lancé el balón al aire, y con algo menos de fuerza de la que habría usado para un saque alto, golpeé la pelota apuntando al estómago del estúpido que acababa de hablar. - ¡Diana! - Le di de lleno justo donde quería. - ¿Tú no eras el opuesto en tu equipo? Menuda recepción...

- ¡T/n! - Shiko se puso enfrente mío evitando que volviera a por el balón. - Déjalo, si te ve el entrenador no te hará la recomendación para el equipo masculino de la preparatoria.

- Es tarde para eso. - El entrenador salió por la puerta del gimnasio en el que acabábamos de jugar. - Akabane, no puedes tener este tipo de comportamientos fuera o dentro de la cancha. - El capitán del equipo contrario permanecía sujetándose la barriga para aliviar el dolor del balonazo. - El lunes en clases hablaremos sobre la carta de recomendación.

Prodigios [Kageyama x tn](PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora