Ese día había sido agotador para Adrien.
Tareas por allá, sesiones de modelaje por acá...
Clases de piano y esgrima durante horas, y sin contar sus labores como el héroe de Paris.Suspiró, se dejó caer de cara en su cama.
Ya era de noche, había cenado y ahora por órdenes de su padre debía ir a la cama temprano.
No es como si le molestase.
Realmente estaba cansado.—¿Cuando terminará toda esta tortura?—murmuró para su kwami aún con la cabeza en la almohada.
—¿Hablas de tu padre?— alcanzó a decir el de negro sin mucha importancia. Luego de un largo día dentro del bolso del rubio, lo único que quería hacer era comer hasta cansarse.
—Si...se que quiere lo mejor para mi, pero todas estas obligaciones me están matando— negó con la cabeza. —Sin contar que debo escaparme a cada rato a combatir algún villano.
—Es simple. O dejas de ser Chat Noir, o dejas de ser Adrien.
—No puedo dejar de ser Adrien, Plagg— contestó con obviedad. —Pero tampoco puedo dejar de ser Chat Noir. Amo lo que hago, y amo defender la ciudad junto a My Lady.
—Entonces habla con tu padre y dile que te de menos tareas— opinó el kwami.
—Ojalá fuese fan fácil...— volvió a suspirar, y se dio la vuelta para mirar hacia el techo. —Me pregunto si Marinette pasa todas estas cosas. Espero que no esté tan agobiada como yo.
—Yo creo que si— respondió Plagg. —No es solo Ladybug, también es la guardiana. Debe ser un gran peso de llevar.
—Pobre My Lady...— se lamentó. —Como me gustaría estar ahí con ella. Apoyarla para que no se sienta tan sola y cansada como yo lo estoy.
—Solo que si lo haces causarás el fin del mundo y todos moriremos— el rubio rodó los ojos.
—Ya lo se, Plagg. Es solo un decir— respondió.
—Tengo muy claro lo que tengo que hacer. Descubrí su identidad pero eso no significa que pueda ir y decirle quien soy o que se quien es ella.—Me alegro. Porque sino Bunnix te colgará de la cola.
El de ojos verdes iba a responder cuando tres pequeñas voces se oyeron por toda la habitación.
—¡Adrien!— Plagg y Adrien se miraron entre sí. El rubio se puso en pie al ver a los tres kwamis frente a el.
—¿Pollen, Wayzz, Mullo?, ¿Que hacen aqui?— preguntó Plagg.
—Necesitamos tu ayuda, Adrien— se dirigió hacia el rubio, Wayzz. —Es nuestra guardiana.
El corazón de Adrien se detuvo por unos instantes.
—¿Le pasó algo?, ¿esta bien?, ¿esta herida?— comenzó a hablar apresuradamente, asustándose cada vez más.
—No es Ladybug la que esta mal, es Marinette. Sabemos que sabes su identidad— Adrien abrió los ojos.
—Necesitamos tu ayuda. Creemos que esta enferma, pero no sabemos que hacer. ¡Esta tan pálida como un fantasma!, ¡Y no hay nadie en su casa que pueda ayudarla!— exclamó Pollen.—¿Está enferma?
—Eso creemos— contestó Mullo. —No tenemos idea de enfermedades humanas. Tenemos miedo de que algo le pase. Eres nuestra última esperanza.
Un nudo en la garganta se le formó.
Su Lady estaba enferma y grave.—Pues vamos entonces.
—Adrien— interrumpió su kwami. —¿No crees que es peligroso que vayas?, ella aún no sabe quien eres.
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Algún día, My Lady...
NouvellesAdrien tiene muy en cuenta que debe mantenerse lo suficientemente lejos de la guardiana de los miraculous y no decir lo que sabe, ya que sino traería muchos problemas al mundo. Sin embargo, ¿Que pasará cuando ella necesite urgentemente su ayuda? Avi...