luego de Sasaki kojiro derrotara a Poseidón en el ragnarok, la alma de este seria salvada y enviada a un muevo mundo, por otro lado la primera humana, lilith, intentara volver con su ex-esposo.
A las afueras del pueblo de Axel se encontraban un chico de ojos verdes llamado Kazuma y una niña de ropas rojas que era Megumin.
Apuntando su bastón mágico hacia un castillo que se encontraba cada día mas destruido por la niña, ella da unas fuertes palabras con fervor y con expresión de desprecian en su mirada ya que mientras recitaba el hechizo estaba pensando en una persona que odiaba con todo su ser.
En su mente quería que la cara de esa persona fuera impactada con su magia explosiva por haber lastimado a su amiga y dejarla con un trauma psicológico que le provocaba miedo a sentir dolor alguno.
Megumin: ¡¡¡explosión!!!
Grito a todo pulmón, logrando realizar una explosión devastadora que se escuchaba fuertemente a los alrededores y cuya onda de viento que provoco sacudiera el pelo de kazuma.
Kazuma la miro de reojo y mientras la niña cayo en el suelo debilitada le dijo lo que pensaba.
Kazuma: ... ríndete. Ni aunque lo intentes varias veces jamás lograrías siquiera hacerle daño a ese tipo.
Megumin: tengo... que hacerlo... ese maldito... mato a Darkness...
Kazuma: ¿si quiera sabes que aún está viva?
Megumin: eso no cambia... nada.
Kazuma: ¡pero que niña más terca! ¡¿no oíste que Aqua dijo que ese sujeto es extremadamente fuerte?! Incluso supera el poder de Aqua por mucho.
Megumin: tengo... que vengar a Darkness...
Kazuma: ¡que ella está viva maldita sea! ¡querer luchar contra ese tipo es un suicidio! ¡deja de ser tan infantil y entiende!
Megumin: ¡¿tu cómo puedes quedarte de brazos cruzados sin hacer nada?!
Kazuma: ¡si pudiera lo hubiera hecho, pero uno no logra nada al intentar algo que claramente no tiene oportunidad de éxito! ¡es más, no tendría sentido ya que ella esta viva!
Megumin: eres muy conformista...
Kazuma: grrr...
Kazuma estaba a punto de echar humo, pero para liberar presión dio varios pisoteos en el suelo levantando polvo por varios minutos hasta que se calmó su frustración al cansarse u sentir que su pie se sentía algo adolorido.
Kazuma: solo... no quiero que te pase lo mismo. Volvamos al gremio. Ya está empezando a hacer frio.
Megumin: sí...
El chico cargo a la pequeña adolecente en su espalda para llevarla con él a la ciudad.
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Eran como las 9 a 10 de la mañana, dos chicas de pequeña estatura se encontraban frente de una puerta de madera que a la vista pertenecía a un simple restaurante.
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