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PASADO.
Gritos. Gritos y mas gritos en la habitación mas grande, lo de siempre.
Sasha estaba en su cama, escondida en las sábanas, lloraba mientras cantaba una canción que le había enseñado alguien especial para ella...
Pero, no recordaba el nombre.
— En mi corazón... tu vivirás, desde hoy será y para siempre, amor —susurraba mientras abrazaba su peluche de conejito rosa que le había regalado su madre.
» En mi corazón, no importa que dirán, dentro de mi estarás, siempre —derramó mas lágrimas mientras la discusión seguía.
PRESENTE.
El rubio tarareo la melodía mientras limpiaba el piso de su habitación, estar castigado era lo peor y más cuando no habías hecho nada.
Claro, nacer...
Bueno, ahí ya tenían un punto PERO, el no pidió nacer.
Boom Waybrights, Sasha 1, ustedes 0.
Gruñó por lo bajo mientras terminaba de barrer, solo le falta ordenar la ropa y tender su cama, pan comido ¿no?
No.
Una montaña de ropa le esperaba, y no cualquier montaña, sino una que avergonzaria al monte Everest.
Bueno, exagero, no tanto, pero ¡hey! para mi es demasiado.
El ojo le latió a Waybright, esta sería una tarde larguísima, pero era mejor que salir y ver caras horribles.
Además, quería descansar del exterior, solo un día aunque sea.
[🔵♡🔴]
5 minutos han pasado y no: ni la mitad, si fuera por el, lo metería como sea pero no, era Sasha Waybright, quería todo impecable.
Como sus padres le enseñaron.
Enrojeció por cargar tanta tela, pero si quería acabar rápido y jugar algún videojuego tenía que hacerlo así.
Está gracioso. Por suerte Waybright es fuerte, ES SASHA, DIOS.
— Voy a venderlo todo y quedarme con tres o cuatro conjuntos, ya no aguanto ¡ni me los pongo! —murmuró doblando una blusa roja con brillos dorados, muy elegante.
El color que predominaba en su habitación era y es el rojo, los tonos cálidos le sientan bien y a el le parecía su color simbólico.
Y pues, si lo es.
Como gruñón, explosivo y agresivo que es... también amoroso y adorable, PERO HABLAMOS DE LO PREDOMINANTE.
— ¡Basta! lo meto de lleno y que se jodan todos —dicho y hecho, tiró todo adentro y tardó un poco en cerrarlo perfectamente, pero ¡listo! cerrado.
El color rojo abandonó su rostro pálido junto con el regresar de su respiración normal, se dejó caer apoyada del ropero y observó su habitación.
Algo le inquietaba.
— ¿Por qué no puedo recordarla? —acomodó la cabeza entre sus brazos— ¿Por qué no recuerdo ni su nombre? ¿ni un razgo suyo? ¡solo la canción y levemente la voz! —Suspiró—. En fin, ya terminé aquí, falta la cama y a jugar.
Dos minutos tratando de arreglar las lineas, 2 minutos mas arreglando y arrectando la almohada, 20 minutos buscando su pijama... en el montón metido como sea en el armario.
Waybright eres un desastre.
Pateó todo para adentro nuevamente y luego de concluir comenzó con lo que le importaba: ¡jugar!
Cuando fallaba un nivel, Sasha enrojecia y lanzaba insultos a la nada, tratando de no hacerlo alto o la pescarian. Esto estaba pasando seguido durante su juego, cada tanto terminaba frustrandose 20% mas.
— ¡Eso fué culpa del bug, no mía! ¡odio esta mierda! —se cruzó de brazos.
— Ay Waybright, eres tan gracioso —carcajeó una figura azul, resaltando la letra a en el "tan".
— No jodas Anne, ahora no —frunció el ceño.
— ¡Pero te vez muy lindo! —hizo un puchero de broma y le apretó una mejilla ya rojiza de vergüenza.
— ¡Quita! —interpuso su brazo y empujó a la morena, quien enmudeció y se alejó con lentitud, Sasha dándose cuenta de ello estiró el brazo tratando de acercarla nuevamente, pero la castaña estaba lejos ya— ¡No, no! perdona, estoy con mucho estrés, no quería lastimarte.
— Entiendo —murmuró tajante y bajando la mirada, tan azul, tan cristalina como los delgados hilos salados que resbalaban por las mejillas de Anne Boonchuy.
