Capitulo Siete

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"Mi celo esta llegando" dice Louis preocupado.

"Mierda cariño, estas seguro?" Le contesta Harry más preocupado que el castaño.

"Claro que estoy seguro. Mierda, no voy a llegar a casa para navidad..." sigue Louis, desesperación empezando a mostrarse en su voz.

"Hey bebé, no te preocupes, todo saldrá bien. Que necesitas que haga?" Le pregunta, masajeando sus brazos.

"Hmm... avisa a mi madre de la situación... quédate conmigo... me ayudas?" Pregunta ahora, puchero en sus labios, escondiendo su rostro en el hombro del rizado, aspirando su aroma y expulsando más feromonas cargadas.

"Por supuesto que si, amor. Hagamos esto: llamare a tu madre, iré a comprar algunas cosas para cuando descanses en tu celo, traeré un poco de ropa para cambiarme y tu te prepararas aquí tranquilo, ok? Volveré en un momento" le dice, besando el tope de su cabeza.

"No te vayas" le dice, restregandose un poco en el rizado, perdiendo poco a poco la lucidez, su omega interno saliendo por momentos.

"No será por mucho, no te preocupes. Me dejas marcarte con mi aroma? Te dejaré también mi sweater." Le dice, abrazándolo fuertemente.

"Ok..." contesta un poco más tranquilo.

El rizado procede entonces a girar a Louis para que estén frente a frente, entierra su nariz en el hombro del chico y empieza a soltar feromonas para calmar al castaño. Toma sus muñecas y las frota suavemente con sus dedos, acaricia donde está su glandula de apareamiento con la nariz y tararea bajito, tratando de transmitir un poco de paz a la bola de nervios en sus manos.

Cuando siente que está mas calmado, lo conduce a su cama, le pone el sweater que está usando y le hace un pequeño nido para que pueda acostarse en lo que vuelve de hacer sus recados.

Louis se duerme enseguida, por lo que Harry aprovecha y toma el teléfono del otro chico y le marca a la madre para hacerle saber lo que pasó. Tras asegurarle que Louis iba a estar bien y que lo iba a cuidar, se despidió con un sonrojo en la cara, tomo las llaves y billetera y salio a su departamento y al supermercado para traer lo necesario.

Habrá tardado entre media hora y cuarenta minutos, no quiso dejar solo al omega por mucho tiempo, pero para cuando volvió al departamento del castaño el lugar estaba totalmente impregnado del potente aroma del pequeño. Un gruñido poderoso salió de su garganta y se apresuró a cerrar la puerta para que nadie más pudiera olerlo. Podría estar en conflicto con su alfa interior para no lanzarse a la habitación en ese mismo momento y tomar al chico en celo, pero si de algo estaba de acuerdo era de que no iba a permitir que otra persona se acercara a intentar lastimarlo.

Con mucho cuidado, se acercó a la cocina y guardó la comida que había conseguido, sacó las botellas de agua y barras de granola y las llevó hacia el dormitorio, tratando de hacer el menor ruido posible en caso de que Louis siguiera dormido.

Cuando se asomó allí se encontró con que estaba despierto, con el teléfono en mano, pero cuando alzó la vista se le iluminó la cara al verlo parado en la puerta.

"Gracias por el nido y el sweater Alfa, me sirvió de mucho" le dice, alivio marcado en la cara.

"Me alegro mucho cariño. Necesitas más ayuda?" le pregunta acercándose despacio a la cama.

"Creo que por el momento estoy bien, gracias. Puedes abrazarme?" le pregunta con los ojos bien abiertos y las pupilas dilatadas, pareciendo un pequeño bambi en medio del nido.

"Claro que si bebé, dame un momento." le dice, acomodando el agua y la comida en la mesita primero, y luego acercándose despacio al nido. Se sabe que un alfa no debe entrar en el nido de un omega sin permiso y, aunque le haya pedido que lo abrace, sabe que tiene que esperar para entrar de todas maneras. Con un breve asentimiento de cabeza, entra despacio, lo toma de la cintura y lo acerca a su pecho, engullendolo en un abrazo de oso, pasando también una pierna por encima de las suyas.

(You're the) Devil in Disguise -  L.S. OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora