A Ciel le gustan los libros. A Sebastian le gusta ciel.
Los libros de fantasia, terror y algunos que otros de romance juvenil son los favoritos de Ciel sin duda alguna.
Era una de esas noche de tormentas en donde él conde cenaba tranquilamente mientras los sirvientes preparaban la casa para poder descansar. Sebastian estaba en la biblioteca de la mansión ordenando alguno que otros libros para que a su joven amo se le haga mas facil encontrar sus libros favoritos.
La biblioteca de la mansión no era tan grande pero tampoco tan pequeña era lo suficiente para almacenar libros a gran cantidad.
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-Sebastian- llamo Ciel entrando a la biblioteca con pasos lentos, Sebastian se acercó y con uno de sus brazos envolvió a Ciel dando un pequeño beso en su frente. -¿Que pasa cariño?, ¿no puedes dormir?- pregunto Sebastian dulcemente recibiendo un asentimiento por parte del menor. Sebastian rio.
-¿Quieres que te lea algún cuento?- Ciel asintió, Sebastian dejó a Ciel y dio media vuelta buscando algún cuento para leerle a su joven amo. Ciel tenia problemas para dormir cuando habias truenos, le daba bastante miedo desde que era pequeño.
-Sebas- llamo ciel -si, ¿que pasa?- Sebastian se dio la vuelta encontrando a ciel con un libro en sus manos- ¿quieres que te lea ese?- Ciel asintió -muy bien! damelo por favor- Ciel le extendió él libro y sebastian miro la portada, rio al ver él cuento infantil de ¿No duermes, osito? De Martin Waddell.
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Estaban en la habitación de Ciel, Sebastian sentado en una silla pequeña con el libro en mano frente a la cama.
Había una vez dos osos, Oso grande y oso pequeño. Oso Grande era el más grande y Oso pequeño era el más pequeño Habían jugado fuera todo él día él calor del sol.
Al caer la tarde, cuando él sol desaparecía en el horizonte, Oso Grande regresó con Oso pequeño a su cueva de los osos.
Oso Grande acostó a Oso pequeño en la cama, en la parte oscura de la cueva "ahora, a dormir, Osito", le dijo. Y Oso pequeño intento dormirse. Oso Grande se acomodó en su gran sillón de oso y se dispuso a leer su cuento de osos a la luz del fuego. Pero Oso pequeño no se dormía.
"¿No duermes, osito?, preguntó Oso Grande. Dejo su libro a un lado (¡este cuento de osos se estaba poniendo interesante!) y se acercó con paso de oso a la cama de Oso pequeño.
Sebastian dejo de leer y levantó su cabeza encontrándose a ciel profundamente dormido, sonrio.
Se levanto de la silla y dejo un beso en la mejilla del menor, había dejado de llover. Se acerco a la mesita a un lado de la cama en donde estaba una vela casi acabándose. La apago y con pasos sigilosos salio de la habitación cerrando la puerta tras de si.
A Ciel le gustan los libros infantiles. Y Sebastian le gusta Ciel.
