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El reloj de su teléfono celular marcaba apenas las tres de la tarde, la hora acordada para aquella salida que tan nervioso tenía al omega de cabellos oscuros, su aroma a malvaviscos era notorio y acomodaba constantemente los mechones rebeldes que escapaban de su pequeña coleta, se había adelantado unos minutos antes de que llegase el mayor para dar una buena impresión.

Excepcionalmente ese día eran más notables las miradas, de las personas que pasaban por ese parque tan transcurrido, sobre él, su apariencia siempre llamaba la atención de los demás y cómo no, sí se había decidido por utilizar una vestimenta totalmente distinta a lo que estaba acostumbrado a usar: una camiseta blanca de cuello alto con un estampado de pequeñas lunas ajustada a su figura, sobre ella se encontraba una franela anaranjada tal cual un atardecer con mangas cortas, un pantalón de cuero que acentuaba su cintura y sus muslos y unas botas del mismo material. Tenía un maquillaje simple, ya que su ropa era lo suficientemente llamativa, de esa manera se sentía lindo y añoraba que el alfa apreciara que se había vestido así solo para él.

A veces le asustaba pensar que el alfa solo lo buscaba por su aspecto, en una sociedad donde tanto alfas, betas y omegas se enfocaban solamente en cómo pueden decorar su apariencia, le costaba creer en la sinceridad que poseían las palabras de Sunghoon y que se reflejaban claramente cuando se perdía en sus orbes oscuros.

Un aroma intenso a chocolate amargo ya conocido se hizo presente en las fosas nasales del menor y unas manos características de su dueño se colocaron suavemente sobre los ojitos de Jake, cubriéndolos como la luna cubre con su manto de medianoche a las estrellas, invitando a adivinar quien tapaba su vista.

─Sunghoon hyung, sé que se trata de usted. ─un quejido se escapó de los labios del antes mencionado, que caminó hasta estar al frente del omega. Contrario a Jake, el alfa estaba vestido de manera sencilla, una camiseta monocromática blanca con una franela abotonada en un precioso degradado que iba desde un naranja tenue hasta un amarillo neón en conjunto con unos vaqueros negros rasgados por la zona de las rodillas y unas zapatillas deportivas conformaban su vestimenta, aún así lograba lucirse con su cabellera peinada hacia atrás y su dulce sonrisa, encantando al menor de sobremanera.

─Eres aburrido chocoball. ─abultó sus labios en un puchero, ganándose una risa melodiosa proveniente del omega─. Te ves hermoso ─detuvo su habla por un instante─, me corrijo, eres hermoso.

Un rubor apareció en las grandes mejillas de Jake, bajando su cabeza avergonzado portando una sonrisa torpe─. Gracias, Sunghoon hyung. ─agradeció con voz baja.
El silencio hizo acto de presencia entre ambos, fue breve su aparición, debido a que Sunghoon procedió a hablar nuevamente─. Han abierto un nuevo parque de atracciones al estilo americano cercano al río Han, ¿Te apetece ir? ─en los orbes del menor, un par de destellos aparecieron luego de que el mayor mencionase aquello, tal cual infante haría.

Asintió varias veces mostrando que estaba de acuerdo con la idea del extranjero y con ello ambos comenzaron a caminar hasta el lugar. Sunghoon acercó su mano lentamente hacia la del australiano, como si estuviera pidiendo permiso para entrelazarse con la contraria, pensando en un posible rechazo, la alejó rápidamente sin darse cuenta de que él se percató de su acto, extendió su mano invitando a que se juntaran y tan pronto lo hizo, se encontraban unidas, encajando perfectamente una con la otra, mostrándoles nuevamente que la madre Luna los había destinado.


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