Rarezas militares jóvenes

DEL 471 AL 480

Chapter 471: Undermine the Morale of the Army

En julio y agosto, generalmente amanecía alrededor de las 6 y el cielo se volvía brillante sobre el horizonte alrededor de las 5. Después del día del juicio final, no mucha gente podía permitirse el lujo de dormir hasta tarde, especialmente los ordinarios. Si no trabajaban duro, tendrían que morirse de hambre ese día, al igual que los sobrevivientes en la Base Noreste. Pero hoy, a los sobrevivientes se les dijo que la base fue atacada justo después de que despertaron. Ninguno de ellos no era pánico. ¿Quién no quería llevar una vida estable? Las guerras significaban la muerte que generalmente les sucedía a estas personas comunes y corrientes.

Gao Wei no regresó probablemente porque había tomado una orden. La base hizo anuncios oficiales masivos sobre el ataque a la base y lanzó rápidamente la invitación de escuadrones superfuncionales para defender a los intrusos. La base hizo esto a propósito para crear una imagen ambiciosa de Yun Che y sus compañeros e intentar provocar la ira de los sobrevivientes.

Mientras tanto, el ejército y la policía de la base corrieron a la puerta de la ciudad para apoyar. Las armas térmicas se colocaron en el frente. Sin embargo, las armas no podrían causar un gran daño a los poseedores de superfunciones de alto nivel, el ejército y la policía podrían acosar su ritmo. Una vez que Yun Che tomara medidas, el ejército y la policía se defenderían de inmediato.

Sin embargo, ¿Yun Che lo haría como deseaba?

"Yafei, dentro de un radio de alrededor de 500 metros de 20 a 50 metros de distancia de la base, convierte la tierra en un desierto con una profundidad de alrededor de 1,5 metros".

Yun Che dijo en voz baja, mirando con frialdad la reorganización de la Base Noreste.

"Sí."

Aunque Zhan Yafei no lo entendió, vino sola. Luego, Yun Che emitió otra orden: "Zeyu, dirige a todos los poseedores de la superfunción del viento para que se lleven la grava con un tornado y quédate quieto para las órdenes después de la desertificación".

Sin embargo, la superfunción del viento era rara, después de todo era una gran superfunción en lugar de una micro. Ahora, Yun Che poseía un ejército de poseedores de superfunciones de todo tipo, incluidos varios poseedores de superfunciones de viento.

"Mmm."

Zhou Zeyu no preguntó más. Él asintió y agitó la mano. "Ven conmigo."

Los poseedores de la superfunción del viento se precipitaron hacia la Base Noreste con Zhou Zeyu. Yun Cheng preguntó con dudas: "Hermano, ¿vas a atacar después de acercarte a ellos en el camino de la superfunción de la tierra?"

"Cierto, pero no exactamente. Sabrás lo que está pasando más tarde".

Yun Che no explicó en detalles. Miró el reloj. Eran las cinco y media. Una hora y media más tarde como máximo, Xing Feng y otras personas deberían llegar. Antes de que...

"¿Están todos los poseedores superfuncionales del sonido aquí? ¿Cuántos de ellos?"

El atributo del sonido también era una superfunción bastante rara, al igual que el atributo del viento. Pero no faltó. Hubo uno o dos del atributo de sonido entre 10.000 personas.

"¡Capitán Yun!"

Los tres bultos caminaron hacia Yun Che espontáneamente. Yun Che miró hacia arriba y por encima de ellos. "¿Cual nivel?"

"Capitán Yun, uno de nivel 8 y dos de nivel 7".

Uno de los bultos respondió en voz alta, erguido y con el estómago contraído. Habían estado en el ejército tratados con el mínimo respeto. El ejército tenía pocos poseedores de superfunciones y, lo que era peor, habían sido transferidos entre la familia Liu y la familia Zhou todo el tiempo. Los materiales con los que habían vivido habían sido utilizados. En ese momento, todos estaban afligidos y ansiosos por despedir a su ejército y unirse a otro. Pero los herederos de la familia Leng los incorporaron y les mostraron respeto. La familia Leng no solo satisfizo sus necesidades básicas, sino que también los ayudó a mejorar sus habilidades e incluso a convertirse en el único ejército de poseedores de superfunciones en toda China. Admiraron a Yun Che desde el fondo de sus corazones. No importa lo que Yun Che les pidiera que hicieran, no fruncirían el ceño.