Desperté luego de unas horas, el cielo estaba teñido de unos tonos naranjas, un hermoso amanecer se estaba acercando. Mire el asiento del conductor y Trent estaba conduciendo, giro su cabeza y me encontré con sus hermosos ojos verdes algo cansados.
–¿Hace mucho que estas despierta? –pregunto.
–No, recién lo hago ¿Tan pronto se canso Alex?
–No, solo treinta y seis segundos de que te dormiste –reímos– Tu risa es muy hermosa. Como estas canciones que por más que escuches cien veces al día, nunca te cansas. -dijo mirando otra vez hacia la carretera. Me sonroje al instante y tape mi cara con mis manos- No te tapes la cara con tus manos eres todavía mas hermosa sonrojada.
–¡Basta en serio! ¡Me harás explotar! –reímos otra vez.
Hacia menos de tres horas que lo conocia y ya estabamos coqueteando, sin sumar que habia besado a Alex. Lo mire, estaba concentrado con su vista fija en la carretera y algunos rayos de luz iluminaban su rostro con tonos anaranjados haciendo resaltar su hermosos ojos verdes. Sentí que moría por dentro. El era realmente hermoso.
–Asique, estas saliendo con mi primo. - dijo luego de unos minutos.
–¿Por qué lo afirmas? –pregunte confundida.
–Eso es lo que me demostraron, hacen linda pareja, solo te voy a pedir que no lo lastimes, se ve que te quiere en serio y si algo malo pasara entre ustedes no se si el lo soportaría. –¡Que rayos! El no estaba hablando en serio.
–¡Claro que si lo haría! El es un chico fuerte –lo defendí.
–¡Porque tu lo ayudas a serlo! Sin ti no lo seria.
Un silencio incomodo nos rodeo. Tal vez tenga un poco de razón. Nunca hago estas cosas, nos conocemos hace tres horas y ya tenemos nuestra primera discusión luego de nuestro primer coqueteo, raro ¿No? El silencio siguió por varios minutos, mire por la ventanilla y pasamos por un cartel, este indicaban que todavía faltaban varios kilómetros para llegar a San Diego. Suspire, faltaba mucho para llegar. Escuche un bostezo de Alex.
–Buenos días compañeros –saludo Alex adormilado.
–Buenos días. –respondimos los dos al mismo instante.
Me removi incomoda en mi asiento.
–¿Faltara mucho para llegar a la estación de servicio? Mi vejiga explotara en cualquier momento –suspiro Trent– y no es un chiste.
–Esperemos que pronto. –respondí respetuosamente, no quería que se diera cuenta que una discusión tan estúpida me importara tanto. ¿De que mierda estoy hablando?
Alex conecto su prendrive en el estéreo y I dont wanna miss a thing de Aerosmith. Comencé a tararear la canción hasta que sin darme cuenta ya estaba comenzando a cantarla, no exigiéndome, si no como me salía. Cuando la canción termino Trent y Alex estaban en silencio y la siguiente canción estaba por comenzar pero Alex la pauso.
–Si te dedicaras a cantar para mantenernos en Nueva York, viviríamos de ti –dijo y sentí su mirada en mi espalda– estoy hablando en serio Peyton.
–No creo que eso sea lo mío. –dije mirando mi cabeza para encontrarme con su intensa mirada. Esperaba sentir algo, aunque sea un cosquilleo de mi parte y un brillo especial en los de ellos. Pero allí no había absolutamente nada. No me mataría buscando algo, seria como buscar una aguja en un pajal, una puta en un convento. Así de simple.
–¡Ey, Peyton! –escuche a Trent–¿No quieres ir a baño? -solo con su voz ya sentía cuatro elefantes y cinco jirafas en mi estomago. ¿Esto debía decirme algo? Supongo.
Habíamos llegado a la estación de servicio, Trent había bajado de la camioneta y Alex, no tengo ni idea, por allí andará.
–Oh, si ahora iré–sali de la camioneta y me dirigi al baño y luego de hacer mis necesidades me mire al espejo. Esta soy yo, una cobarde que no quiere enfrentar sus problemas: un ex novio posesivo y manipulador, el divorcio de sus padres y el elegir esa carrera que la mantendría toda la vida. Ya no era una niñita de doce años que quería ser doctora, si no una de diecisiete que si veía sangre se desmayaba. Mis padres me estaban prácticamente obligando a tomar la carrera de derecho tanto como mi ex novio me obligaba a volver con el. A eso le sumamos el beso con Alex, mi mejor amigo. Mi mejor amigo ¡Por Dios en que mierda estaba pensando cuando decidi besarlo! Estaba perdida y hecha un desastre, literalmente. Tenía unas grandes ojeras y mi pelo era un desastre, lave mi cara, con mis dedos peine mi cabello y salí del baño directo hasta la camioneta. Trent estaba apoyado en ella, me corrijo sexymente apoyado en ella.
–¿Puedes cuidar la camioneta? Tengo que ir al baño –preguntó.
–Claro. –me apoye en ella y se fue. Suspire.
–Compre galletas y gomitas, tus preferidas –dijo Alex y me extendió las cosas.
–Gracias. –le sonreí. Nos quedamos unos minutos en silencio y vi que Trent venia hacia nosotros y sin darme cuenta Alex estaba muy cerca de mi y por cerca de mi me refiero a que sus manos estaban en mi cintura y su frente apoyada en la mía, sin decir que sus labios en cualquier momento se rozaban con los míos. Puse mis manos en su pecho y lo aleje de mi, me miro confundido pero yo solo baje la mirada sin decirle nada.
–Bien ¿Ya podemos seguir con el viaje? –dijo Trent llegando sonriente.
–Claro. –dijo Alex separándose de mi. Rápidamente me subí a la parte de atrás de la camioneta y me prepare en mi asiento y cerré los ojos intentando dormir, pero no lo lograba aunque reinaba el silencio. Trent hablo.
–Asique, no estas saliendo con ella –le dijo a Alex.
–Estamos en eso. –dijo secamente.
–Creo que deberías enamorarla –dijo Trent. ¿Qué? ¡Claro que no!
–Hoy le compre sus galletas favoritas...
–Y sus gomitas, lo vi.
–O sea que viste lo otro.
–Si, y eso dolió.
–No te imaginas –soltó una risita– creo que esta confundida, ya sabes, termino con su novio hace una semana y creo que todavía no se olvida de el.
Me gustaría que en este preciso momento la tierra si abra mi me absorba.
–Ni en un día se enamora ni en otro se olvida.
–¿Te pones filosófico en la mañana? -le pregunto.
–Ya es medio día.
–Lo que sea –rieron.
Solo quiero dormirme, es lo único que pido. Y llegar a Nueva York también. Comencé a mirar hacia la ventanilla, luego mis ojos se cerraron y al fin pude dormir.
–Peyton, Peyton –escuche mientras movían mi hombro. Era Alex.
–¿Qué sucede? –dije todavía adormilada y con los ojos cerrados.
–Es tu turno de conducir.
–Si, ya voy. –me levante de mi asiento, salí de la camioneta rodeándola y me subí del lado del conductor, puse primera y fui hacia la ruta. Luego de eso abrí y poco la ventanilla y el aire comenzó a chocar contra mi rostro.
Por primera vez desde que mi fui de mi casa me sentí libre. No cuando me escabullí de mi habitación, ni cuando comenzamos a salir de la cuidad, sino ahora, cuando yo tengo el control, si quiero en vez de ir a San Francisco seguir hasta San Diego en vez de Las Vegas, o simplemente conducir otra vez hacia casa, puedo hacerlo. Podre escapar de mis problemas, pero no me sentiré libre, estaré escondiéndome de ellos, todo el tiempo. Siempre en la vida los enfrente, pero por primera vez decidí escapar, hacerlos a un costado y pensar en mi, darme el tiempo que necesito para mi y mi conciencia, para mi identidad, siempre pendiente de lo que otros piensan o dicen, pero ya no mas. Desde esto momento voy a ser solo yo misma con todo aquel que tenga en frente, sacándome mis mascaras. Por primera vez en mi vida. Siendo quien yo quiero, sacando mi verdadero yo.
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Escape
Teen Fiction-Adiós hija, hasta mañana -Hasta mañana mama Mama cerro la puerta de mi habitación y espere veinte minutos. Salí de la cama, tome las ultimas cosas que me faltaban guardar y espere, todo el mundo dormía, abrí mi ventana con cuidado de no hacer...