9. Pesadilla no tan irreal

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Ve a casa de Catalina por la noche. Se silenciosa como una espía y rápida como un guepardo. De preferencia viste colores oscuros, pues son los que menos se notan en la oscuridad.

Llega a su casa, abre la ventana del segundo piso (Cata es confiada, siempre deja una ventana sin seguro), entra y júntala levemente.

A paso felino llega a su habitación. Con gran sigilo gira el pomo, la puerta se abrió. Cierra después de entrar y con oído de murciélago verifica su respiración. Pon el plan en marcha.

Liberas a las arañas que tenías guardadas y otros artefactos que te asegurarán que tenga unas terribles pesadillas.

Prepárate para su última vuelta al mundo de los despiertos: escóndete tras la cortina y colócate en disfraz elegido.

Al sonido del trueno ella despierta sobresaltada.

Tu con una sonrisa psicópata te acercas a ella y mueves los dedos tétricamente. Aún no te ve.

Puedes sentir la emoción. Las manos te hormiguean y los nervios se hacen presentes.

Estas listo.

–Hora de morir, preciosa...

Tocas su espalda, ella voltea, te ve y, con el grito más asustado que haz escuchado en tu vida, sabes que Catalina ha dejado el mundo de los vivos.

10 Formas de Asesinar a CatalinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora