Capítulo 4.

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Gruñó de nuevo, molesta

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Gruñó de nuevo, molesta.

Era cómo la quinta vez que bufaba o gruñía de pura molestía, unos mocosos, claramente desconocidos. Habían jodido su cena del día simplemente gritando como niños pequeños asustados al ver al alce de dos cabezas, bueno. Ella también se había sorprendido pero no asustado ni tampoco había gritado de tal forma que ellos, se habría reído si sólo no hubiera asustado al animal y éste se fuera rápidamente.

Casi estaba que les tiraba su katana en la frente como una lanza, pero. Éstos ni siquiera la habían visto por lo que se aguantó las ganas y simplemente se fué para otra parte esperando encontrar una presa pequeña pero suficiente para ella, sería más fácil si hubieran árboles con frutas o algunas plantas con verduras, pero. ¡Nada era comestible en ese mundo! Recordó cuándo comió una planta que parecía deliciosa, hasta tenía un buen sabor..Si no fuera porque en la noche estuvo literalmente inconsciente con fiebre y vómitos durante tres días, agradecía que nadie sabía dónde estaba ó ya la hubieran matado ante tal descuidó

Arrugó la naríz ante el recuerdo desagradable de estar con vómitos y prácticamente sin poder ingerir absolutamente nada de alimento, por tal cosa, se prometió no tocar ninguna cosa que se viera deliciosa a menos que estuviera vivo y fuera un animal, restando obviamente a los lobos y otros tipos de animales.

Suspiró y su mirada y audición se centró principalmente en cada ruido e movimiento de su alrededor, oyendo en el transcurso hojas siendo pisadas, si fuera un animal los pasos serían descuidados y sin conciencia, pero. Éstos se oían como si fuera a cazar a algo..Ó alguien.

...

Levantó sus cejas sorprendida y volteó rápidamente levantando su espada y bloqueando la flecha que iba directo a su frente, mirando con rudeza a la persona que estaba frente a ella, una mujer castaña con la cara manchada la miraba con el seño fruncido en obvia desconfianza. Ésta también sacó su espada en un ágil movimiento para rápidamente atacar a la otra quién la bloqueó y re atacó con fiereza.

El sonido del choque de espadas era fuerte ante la lucha, pequeños cortes de aquí y allá, así cómo los golpes en cualquier parte el cuerpo, sin embargo la tela que cubría la cara de la más alta no se caía ni de por casualidad

𝐒𝐀𝐌𝐔𝐑𝐀𝐈   |  𝖫𝖾𝗑𝖺. 𝗸.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora