felices por siempre

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Historia corta

«—Espero que algún día puedas leerlo —coloqué el libro sobre su pupitre y acomodé mi bolsa donde había sacado aquel objeto—, lo hice por ambos.

—Bien.

—¿Es todo lo que dirás? —Pregunté insistiendo en merecer algo que una palabra fría e insípida. Creí que eso era lo que quería, una historia y la he hecho, pero aun así no me da unas gracias— Me encanta haberte ayudado, amigo.

—No quiero leerla —confesó desviando la mirada.

—Son felices, eso es lo que querías. —Reproché alzando la voz.

—¿Crees que no lo sé? También escribiste otro. —Tragué saliva cuando sus ojos me miraron.

—Sí, mi mente no dejó de insistir, lo siento. —Jugué con mis dedos detrás de mi espalda.

—Gracias. —Por fin soltó agarrando el objeto entre sus manos. Me di la vuelta, pero pude ver desde mi hombro que abrazaba el libro entre su pecho.

Terminé con esto».

Felices por siempre [historia corta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora