Eclipse. - [Hyunlix]

Capitulo 22

11:00 am

Un peso en su cuerpo hizo que se despertara bruscamente de aquel sueño. Su respiración entrecortada permanecía mientras trataba de tranquilizarse por aquel susto.

Había sido una noche agotadora. Después de pasarla junto al rubio sus piernas terminaron débiles. Tenía clases de etiqueta a las 11:30 am . Mientras se levantaba miro hacia aquel ventanal y las cortinas que evitaban el paso al sol, no le molestaba en absoluto anteriormente. Pero por alguna razón sentía de nuevo una necesidad de dejar al sol iluminar aquella habitación oscura. Camino directamente a estas y las entre abrió haciendo una mueca por la luz que cayo inevitablemente en su rostro dando justo en los ojos causando un leve dolor.

Se alejo por reflejos. Se tallo los ojos delicadamente mientras se dirigía al baño a tomar una ducha. No tardo más de 10 minutos en salir. Se dispuso a buscar alguna prenda de su agrado. Termino escogiendo unos pantalones semi holgados y una camisa prolija blanca que hacia un detalle elegante en el, La cual se arremango por el brazo no más abajo de los codos. Los zapatos unos azules marinos que contrastaban de una manera linda aquel atuendo.

Salió por aquella puerta que para el era una pared protectora de los que habitaban junto a el. En el camino comenzó a tararear una nota que había escuchado una vez, la verdad no recordaba ni el lugar. Pero le transmitía paz recordar aquella melodía.

Al llegar al salón. Que cabe destacar tenia unas decoraciones hermosas. Unos rosales y por supuesto ventanales. Unas cortinas tono vino que le daban un toque especial. En medio de tantos lujos se encontraba una mesa medio larga , junto unas sillas. Ahí serian algunas de sus practicas. Más al fondo de este,se encontraba un piano. Le gustaría aprender a tocar la melodía que tanta paz emanaba. Para no olvidarla.

11:40

Habian pasado menos de cinco minutos de clase y ya parecia explotarse la mente. Entre más explicaba aquel señor, más aburrido se veía todo. Y, más tentador cualquier otra cosa alrededor. Hyunjin no sentía cual era la necesidad de aprender sobre como crear problemas númericos. Le parecía algo cósmico. Sus manos se mantenian en el escritorio. Su mano derecha portaba una pluma y al lado se esta se encontraba la tinta. Sus escritos se basaban en puros números. Lo que su profesor no sabía era que entre más se distrajera o se desviara del tema. Hyunjin acabaría dibujando pequeñas cosas al lado de los números. En lo general, el profesor no revisaba las hojas por que el pelinegro lo hacía plenamente.

12:40 pm

Las clases habían acabado hace cinco minutos y hyunjin no podria estar más alegre por ello. En su mente solo había espació para la velada que daría hecho al siguiente día. No era por el juego en sí, pero a quien vería. Tomaría algunos días en aquel lugar por lo que había pedido realizar su maletín con sus mejores conjuntos.

Por lo que restaba de la tarde no tenía ningún deseo a cumplir. Un descanso de medio día sonaba bastante tentador. Así como pintar en medio del bosque nuevamente. El único obstáculo era el sol. Sería algo completamente erróneo para el salir a plena luz a cometer una actividad que su padre tanto despreciaba.

No era muy fan de hacer enojar a su familia. Aunque a el lo odiaran con toda su alma...Hyunjin los amaba con todo el corazón que algúna vez le perteneció a un niño lleno de amor.

Su propuesta mental se vio arrebatada en el momento en el que salió por aquella puerta llena de decoraciones y sintió una brisa pegar por su cuerpo. El momento donde uno espera ser débilmente arrastrado por la vida. Aquello simplemente nos demuestra cuan desesperados podemos llegar a ser por algo mínimo. Sus pies fueron su guía. Lo llevaron directamente al lado del monte donde yacía una entrada al bosque. Aquel bosque donde un día atrás había experimentado tantas emociones conjuntas y junto a un solo individuo. Una sonrisa fue posada en su rostro sin permiso alguno. Los pensamientos fueron llenando su mente a cada paso que daba. Sus fosas nasales fueron cómplices de aquel olor de la naturaleza que solo ella podia emanar.