ପ ¡No llores más!

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Estado 04 meses.


Un llanto escandaloso rompió el silencio de esa fría madrugada, Off quién dormía placido en cama se levantó rápidamente sorprendido, su esposo no estaba a su lado, fue a su búsqueda siguiendo aquellos gemidos lastimeros.

Lo encontró en la cocina, sentado a los pies del refrigerador comiendo helado de café en grandes cucharadas.

Gun odia el café.

—Cariño

Gun volteó a su marido y lloro más fuerte, alzó los brazos hacía él en busca de su aroma, Son atendió al llamado y lo cargó en sus brazos, Gun aferró brazos y piernas a su Alfa escondiéndose en su cuello.

Off envolvió todo el cuerpo trise de su esposo y comenzó una clase de movimiento lento de un lado a otro para que se calmará, estaba acunando a un enorme cachorro triste. Gun sentía como la palma de su marido recorría su espalda entre caricias que le erizaban la piel de forma deliciosa, podía dormirse en sus brazos rodeado de su rico aroma en cualquier momento.

—Alfa.

—¿Te sientes mejor?

—El helado.

Posó su vista en el envase vacío de helado que estaba en el piso junto una cuchara, Gun sintió ganas de llorar otra vez.

—Cariño está bien, creí que odiabas el café pero si quieres más te lo daré mi vida, no estés triste de acuerdo.

—Y-yo odio el café, es que, tenía hambre y me topé con tú helado en el congelador, así que me lo comí.

—No estoy molesto por eso lindo

—Pensé que no me gustaría, pero lo amo mucho, luego me sentí triste por el café, lo he odiado toda mi vida cuando en realidad es muy bueno, fui muy malo con el café Off, soy una m-mala persona.

Se aferró tembloroso a su esposo soltando lágrima tras lágrima, Son no hizo más que seguir con sus suaves caricias mientras le susurraba que todo estaría bien, que el café seguro le perdonaría y se llevarían bien de ahora en adelante.

Desde mediados del tercer mes los cambios de humor en su Omega se han palpado fuertemente, además de sus ganas continuas de orinar y comer en cantidades.

Odiaba ver a su ángel llorar de esa forma, pero no puede evitar que le cause un poco de gracia el asunto, no por sus lágrimas sino la causa de ello y al parecer ahora sería el café. La semana pasada fue por el hecho de que sus tomates cherry no tenían una mamá tomate con ellos, tuvo que salir corriendo a comprar unos tomates normales para su esposo.

Lo acunó en sus brazos unos minutos más hasta que paró el llanto, a paso lento lo sentó en el mesón de la cocina y fue por unos pañuelos.

El rostro de Gun estaba brillante por las lágrimas,  su nariz respingada estaba rosada junto a sus mejillas y moqueaba pausadamente, Off quería besarlo hasta más no poder, incluso después de llorar su esposo no perdía esa espléndida belleza que lo caracterizaba.

Sostuvo su rostro en una de sus manos y con la otra lo limpiaba cuidadosamente con aquel pañuelo, tenía restos de lágrimas y helado, se detuvo especialmente en sus labios observándolos detenidamente.

Gun lo notó cerrando la poca distancia que los separaba, un beso que duró apenas segundos.

—Off, te amo, no me dejes por ser una mala persona.

¿Pero qué estaba diciendo su Omega? ¿Dejarlo?

—Cariño, mírame.

Gun apenas y logró sostener la mirada, no quería llorar mientras su esposo lo veía tan fijamente, no era una persona que lloraba mucho, sabía que era por el embarazo y las hormonas, simplemente no puede controlarlo.

❁ཻུ۪۪⸙͎  Pregnant GunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora