Las luces del bar le daban ese tono vintage al lugar, las lámparas iluminaban en escenario con distintos colores y las personas en la barra parecían tener los mismos problemas que ella.
El chico a su lado tenía un problema, una duda existencial y amorosa que sólo una completa desconocida ebria puede resolver.
- La cosa está en que ella no me presta la suficiente atención que me gustaría, y se entiende ¿bien?, puedo entenderlo por completo... ¡pero no estoy de acuerdo en que se salga a las horas de la madrugada a comprar helado de chocomenta!- Relataba el pobre pelinegro llorando a mares - ¿¡Me estará engañando con la chica de la tienda!?
Higuchi ya llevaba unas dos horas escuchando sus lamentos, y la verdad no le molestaba, hasta podía entender sus inseguridades. Suspiró al pasarle la caja de pañuelos nuevamente, la tercera de la noche.
- ¿Y si está embarazada?- Sugirió tranquilamente, lo cual sólo provocó más lágrimas en el chico - ¡N-No dije que estuviera embarazada de su amante o algo parecido!
- ¿¡Me estás diciendo que soy un exagerado!?- Gritó a los cuatro vientos, liberando un sollozo en su antebrazo mientras terminaba de servirse otro vaso de licor - ¿Crees que debería ir a buscarla?
- Claro amigo, seguro- Le respondió sin mucho interés, el sueño comenzaba a ganarle - ¿Sabes qué? Vamos en mi auto, hay que encontrarla
La rubia se tambaleaba con cada paso, se supone que Tachihara iba a venir por ella en cuanto acabara su turno de vigilancia, pero tal parece que se le olvidó. Le dio un último trago a la botella que estaba compartiendo con el chico, dispuesta a irse y aventurarse en otro capítulo de "¿a dónde puede llegar mi poco razonamiento básico cuando estoy borracha?".
Le ofreció subir al asiento del copiloto, los dos arriba en el auto y con otras diez cajas de pañuelos en la guantera del vehículo. Tardaron en salir debido a un accidente en la calle de afuera, y casada de tener que esperar por tanto tiempo, Higuchi cerró con fuerza la puerta del piloto.
- ¿¡Qué es todo este escándalo!?- Cuestionó aún con la botella de alcohol en la mano - ¡Tengo que ir a buscar a la posible novia de la novia de mi amigo!
- ¡Hay un maldito auto partido a la mitad!
- ¿¡Qué dices!?
- ¡Ven a ver!
Al avanzar un poco, pudo comprobar que el tráfico en la calle si fue provocado por un auto literalmente partido a la mitad.
¡A la mitad, carajo, era un jodido auto partido a la mitad como si fuera una barra de mantequilla que cortaron con un cuchillo de carnicería!
El alcohol en su sangre le estaba haciendo daño, a su vista y sus riñones, obviamente, pero más que nada en su cerebro. Parecía una señora loca religiosa que había visto un beso de medio segundo en una película para niños, de esas que se quejan cuando los hombres tienen el cabello muy largo o las mujeres tienen el cabello muy corto.
Le iba a dar un infarto.
O un segundo auto la iba a atropellar.
Y tal vez sería la segunda opción de no ser porque algo la tomó fuertemente por la cintura y la alejó de ahí como si su cuerpo entero se hubiera convertido en una ramita. No sé quejaba, estaba a punto de convertirse en una lata aplastada a mitad de calle por estar viendo un auto en dos partes.
La verdad es que ya no quería beber ni jugo de manzana, ese licor tenía algo raro o su copa era la única en todo el bar a la que le pusieron poner alguna sustancia alucinógena.
- Primero que todo, no hables y no grites hasta que terminemos de explicarte ¿quedó claro?- Habló una voz que se le hacía conocida
No pudo hacer nada aparte de asentir con la poca movilidad que tenía, algo la sujetaba con mucha insistencia, una especie de corset se apegaba a su cintura y se sentía muy diferente a que quisieran secuestrarla. No le había hecho nada a la otra persona, no parecía ser una amenaza ni un intento de asesinato.
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Kyonyū // BSD
FanfictionAkutagawa fue afectado por una habilidad especial que provoca algunos desperfectos en Rashoumon. La tela demoníaca tenía un par de fallas... un par bastante grande de fallas, para ser más específicos. = Historia corta = Rashoumon fanservice (más o m...