Parte 1

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Cansada, desdichada, ojerosa y con unos ánimos que podían ser una peligrosa arma mortal para ahuyentar a todo aquel que se te acercase, considerabas trivial el hecho de tu desgaste físico como mental, pero todas esas horas de esfuerzo y sobre explotación a tu persona comenzaban a pasarte factura de la peor manera así que definitivamente; no podías seguir ignorando el evidente hecho que te rondaba la mente los últimos días; necesitabas urgentemente unas vacaciones.

Las cinco en punto de la tarde te dan un cordial saludo en la pantalla de tu móvil, anunciándote que dormiste un aproximado de tres horas desde tu llegada de la universidad, bostezas queriendo dormir un poco más pero lastimosamente aquello no podía ser, tenías un compromiso ese día y no tenías intención de cancelarlo.

Esa tarde de verano en la que el cielo debía ser predominado por un enorme sol abundante de calor y luz, se veía opacado por unas terribles nubes grisáceas que tenían el enorme propósito de hacer todavía más triste aquel día, afuera podías escuchar perfectamente como seguía lloviendo y aquello producía un frío inexorable que te provocaba el congelamiento de tus pequeñas extremidades. A juzgar por el clima, parecía ser que a este mismo le importaba muy poco la estación en la que estuviesen.. porque te atrevías a decir que en cualquier momento podría empezar a granizar.

Suspiras sintiendo una brisca que te hace titiritar cuando quitas tu calientita colcha de tu cuerpo, esa que te resguardaba del atroz frío, los bellos se te crispan y de inmediato te dedicas a abrigarte con algo más propio. Aunque quisieras, no podías andar por los pasillos de tu hogar arrastrando tus sábanas, pero un gran suéter de algodón y extra poliéster ayudarían a que tu sangre permaneciera a temperatura ambiente.

Una vez te has abrigado correctamente, colocándote tus pequeños calcetines estampados de bebé yoda, decides checar tu computadora, era cierto que habías vuelto con la bitácora de clases presenciales pero eso no quería decir que dejases de utilizar por completo la tecnología, esa que te salvaba el culo a la hora de investigar, bendecidas completamente al creador de Google, porque justo en ese momento te estaba salvando de encontrar la mejor información a la velocidad de la luz, y así pudiste salvar tu tarea virtual que se vencía aproximadamente en cinco minutos.

Habías olvidado la asignatura que se te vencía justamente ese tormentoso día, una de al menos una docena de las que te faltaban por terminar, era certero que el programa de clases que llevabas te permitía egresar de la universidad mucho antes que cualquiera de tus amigas, las cuales habían elegido cursar -muy a tu pesar- carreras semestrales, pero en ese momento -con un millón de pendientes y presión encima- no te parecía lo más idóneo estar viviendo los cuatrimestres.

Los considerabas la cosa más terrible y espantosa que alguna vez se haya cruzado en tu camino, una tortura para el ser humano. Tenias muy poco tiempo para respirar y para poder descansar en general, a duras penas podías lograr pegar el ojo durante las noches, las actividades y tareas te consumían la mayoría de tus tardes, impidiéndote llevar una vida de persona normal, te atormentaba saber que en ese instante podrías estar currando para ganar un sueldo mal pagado con un día de descanso a la semana en el que probablemente harías un plan con tus tres típicas amigas -las cuales eran las más allegadas a tu persona- del viejo colegio, podías ser igual de feliz -o eso pensabas- cómo tus amigas, quienes si estaban viviendo en grande la sobre explotación laboral.

"Genial, pienso salir del infierno ingresando a otro"

Eran demasiadas cosas las que te mortificaban y cada una de ellas tenían algo relacionado con tu vida estudiantil, por ello -fatigada como de costumbre- una vez llegaste muerta a tu hogar, no dudaste ni un segundo en ir corriendo a tu habitación y encerrarte a tomar una larga siesta.

De todo el tedioso recorrido de instituto a casa, lo único bueno que podías recordar fue la hermosa forma en la que tu cuerpo se hundía en tu cómodo colchón, pero estabas segura de no haberte quitado el calzado y mucho menos arroparte como lo estabas cuando pudiste despegar las pestañas. Suponías que MinJi, tu hermana menor por tan solo un año, se había compadecido de tu cansada existencia y te había ayudado a descansar más relajada, y ahora asegurabas que no podía estar en casa ya que lo más probable era que estuviera con su reciente novio, el cuál te caía muy mal -no sabías exactamente el porqué, pero así era-, y no solo a ti; tu hermano mayor también tenia mucho que decir respecto a esa relación, era una de las pocas cosas en las que coincidías con él, y no era porque concordaran mucho en opinión.. sino que a tu ridículo intento de hermano mayor le parecía una aberración que cualquiera de su misma especie estuviese cerca de algunas de ustedes -todos a excepción de él y tu padre-, porque sí; eso te incluía también a ti, ya que para tu mala suerte resultaste ser hermana menor de Jeon Jungkook.

Peaches & Cream; knj // ONE SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora