No tiene sentido seguir escribiendo está historia, por lo que no seguiré haciéndolo. Ya nada existe.
Ni siquiera llegue a despedirme de ti. Pero creo que, de algún modo, ya te despediste aquel día.
Estoy cansada de plasmar mis lágrimas en tinta y papel. De pagar todo este dolor con mi cuerpo. De alejar a todos de mí. De pasarme las noches en vela haciéndome miles de preguntas de las que jamás sabré la respuesta.
Tú no me querías, nunca lo hiciste. No me esperaste, aunque dijiste que lo harías. No me buscaste, aunque me prometiste hacerlo si me perdías. Lo único que cumpliste fue aquello que una vez me dijiste y no quise darle importancia "soy mala persona, hago daño". Quizá, tú sabías que estoy terminaría así, querías evitarme el daño, pero yo estaba ciega.
Te fuiste así, sin más, de un momento para otro, sin escucharme, sin tratar de entenderme, dejándome rota.
El tener que verte todos los días y no poder abrazarte me mataba por dentro, añoraba tus reconfortantes abrazos, los cuales necesitaba más que nunca. El verte tratar a otras personas de la misma forma en la que me tratabas a mí me rompía. Supongo que, no era tan especial después de todo.
Te odio por hacer que no pueda volver a confiar nada a nadie, por haceme sentir culpable, por hacer que no pueda demostrarle afecto a nadie. Te odio por hacerme recaer, por hacer que me odie, por hacer que pague ese odio con mi cuerpo. Te odio por destrozarme, por llenar mi corazón de promesas e ilusiones que se marchitarían en un abrir y cerrar de ojos. Te odio por todos esos meses que he guardado mi dolor y he fingido una sonrisa.
Pero también te doy las gracias por hacerme más fuerte, por irte, por hacer que me viese obligada a conocer nuevas personas y por hacerme ver que nadie es de fiar.
He pensado en vengarme, miles de veces, pero no me veo capaz de hacerte daño por más que quisiera. Aunque, conociéndote, tú también habrás sufrido por esto.
Incluso te escribí varios poemas, poemas que describen exactamente como me hiciste sentir, y que espero que nunca leas, porque si lo hicieras, te odiarias.
Mentiría si te dijera que no me hiciste mierda.
Pero ya no te quiero, ya no te echo de menos. Te he olvidado, he olvidado tu olor, tu tacto, tu voz. Ya no miro nuestras conversaciones antiguas ni nuestras fotos, aunque sigo sin ser capaz de borrarlas. Es cierto que a veces pasas por mi mente, y lo único que siento es un amargo sabor a traición, nada más.
Escribo esto por si algún día lo lees, para que sepas que yo si te quería, que si hubiera aguantado un poco más por ti, que yo si estaba dispuesta a cumplir todas esas promesas. Y que estoy bien.
Espero que tú también estás bien.
Alma.
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Nosotras.
Teen FictionDos corazones rotos, en caminos totalmente diferentes, destinados a estar juntos .