Capitulo 4: YO TE PROTEGERÉ

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4 sacerdotes, no 4 exorcistas muy capases, era interesantes, 34 exorcistas, 30 estaban en los alrededores, por lo que Jack le comunico, 30 estaban afuera, esperando a los de mayor rango.

-"con tal protección, será un poco complicado escapar con Asia."

-Semiramis, tu y 3 más encárguense de los sacerdotes, con los de afuera, dile a Jack que reúna a los pocos demonios callejeros, no han comido todo este tiempo desde que llegamos, los sacerdotes de afuera son muchos y con experiencia, se podrán encargar de eso demonios, pero su tiempo luchando nos dará lo suficiente para escapar.

- encamino mi REY.

con sus ordenes recibidas, Semiramis desapareció para juntar a los mas capases, si bien cualquiera de los Héroes, podrían encargase de eso, ella quería que todo se agá a la perfección.

- ya son las 10:00 pm, los sacerdotes ya deberían de estar durmiendo.

Shirou cerro los ojos, concentrándose un rastro de mana se extendió para todos lados, buscando un objetivo, una persona a quien a estado a su lado todo este tiempo, Asia argento.

el se marcharía de ese lugar, su presencia esta que perjudica a los estudiantes, la cantidad de demonios a aumentado en un margen de 70%, a pesar de los esfuerzos de la iglesia de ocultar a los exorcistas, el lo sabia, había mandado a los asesinos a vigilar a la ciudad, el resultado fue que sabia todo lo que estaba pasando, incluyendo a los demonios, si bien había eliminado a la mayoría de ellos, todavía quedaba muchos por hay, los asesinos se pudieron encargar fácil mente de todos, pero para el no era justo, ya era mucho el ponerlos a vigilar, el combatir no estaba en sus planes para ellos.

poco sabia el que ellos ya habían combatido, si bien Shirou su rey los puso a vigilar, para ellos era como si les dijeran, los guardianes de su rey, como podrían dejar que su rey se manchara las manos con sangre cuando los tenia a ellos, por ellos habían asesinado a la mayoría, si no hubieran echo eso, el margen de demonios subiría a un 150%, más del doble que lo que Shirou esperaba, eran guardianes aun que eran asesinos, eran subordinados del rey, y como tal, su la seguridad del rey era lo más importante, si su rey les pidiera que mataran a los dioses, ellos lo Arián sin dudar, después de todo, su rey les dio algo invariable, paz, aunque en el trono de los Héroes era un honor estar hay, el echo era que siempre Vivian preocupados, se sentían como simples juguetees o actores para los magus de esos tiempos futuros, siempre con solo un objetivo, el santo grial, su único escape para un mundo de sus sueños, tenían que pelear entre ellos y aunque para muchos no era problema era que no les gustaba pelear entre compatriotas de la misma tortura eterna, pero ya no más, ahora podían decir que si les pusieran a el santo grial en frente suyo solo lo mirarían y luego se irían, tenían un mundo ilimitado, con compañeros que estaban hay, a los que podía hablarles sin el temor de ser obligados a pelear, podían continuar con sus sueños o podían descansar en paz con tranquilidad, en el mundo de Shirou habian mucho que explorar.

cuando Shirou puso su mármol de realidad, para suplantar la tierra destrozada, todas las criaturas que aun estaban vivas no lo dudaron y anclaron sus almas a este mundo maravilloso un mundo donde lo para normal chocaba con lo físico sin ningún problema, un mundo donde ya no tenían miedo a la muerte ni al dolor, con recursos infinitos y lugares de todo tipo, incluso los dioses, que estaban presentes dentro de ese mundo, podían relajarse sin tener que mandar ejércitos a defenderlos, eran normales, poderosos, pero iguales entre todos, gracias a la infinita cantidad de mana, las criaturas que sufrian al no poder evolucionar rápido, ya no tenían que hacer nada, ya que en breve segundos si ellos querían podrían ser bestias muy poderos y imparables, la cantidad de seres vivos era basta, ya habían formado ciudades por todos lados, los antiguas reyes tomaron el mando de las ciudades y formaron una sola sociedad, clandea, la ultima esperanza de la humanidad, si bien Shirou no tenia ni idea que tenia el ejercito más grande de toda la historia, que con solo un comando podría destruir y dominar este mundo en solo minutos, el no lo haría, era el mejor candidato para Rey, por ello cada ser vivo en la tierra de Shirou le juro lealtad eterna, era su rey y morían por el, si eso aria falta para que el viva si quiera unos segundos más.

Shirou en si no tenia idea de la existencia de estas civilizaciones ni otros seres vivos, el solo tenia idea de los espíritus heroicos.

-te encontré.

con la ubicación de Asia en su mente, partió con 2 mochilas, las cuales contenían las cosas de Asia y suministros, sus pertenencias, bueno el no tenia ninguna, si bien el había estado viviendo sus primeros años en este lugar, el sabia que no podría vivir en este lugar, así que si bien tenia ropa y demás, el no estaba apegado a estos lugares, eso y que al parecer no importa que se ponga en sima, siempre estaría hay, Semiramis, da vinci y demas, no lo dejarían sacárselo y ponerle una ropa de alta clase encantada, así que entre 3 años de intentos, el dejo eso de lado.

saliendo del cuarto, su cuerpo se desdibujo, su velocidad era tanta que parecía que todo se había paralizado, era como si alguien hubiera puesto pausa a una pelicular.   

caminando por los pasillos, Shirou solo pudo ver todo con calma, su velocidad, era tanta que todo lo podía ver todo congelado, siguiendo los largos pasillos, Shirou pudo ver Asia que estaba frente a el, cuchulain estaba a su costado, pero incluso el estaba congelado a su lado.

-e Shirou, cuando llegaste.

Asia se froto la cabeza cuando, Shirou apareció en frente de el. 

-Asia corriste tanto que no me notaste.

la sonrisa de Shirou era de una gran calidez.

-pero no hay tiempo, dime los sacerdotes te han echo algo.

-he?, si.

esta pregunta desconcertó a Asia, en gran medida, ninguna persona pensaría que un sacerdote te atacaría.

 -Asia, en que estas pensando.

-Shirou, si digo que quiero ver el mundo, me acompañarías.

- si, yo te protegeré.

-gracias Shirou, Gracias.

Asia no pudo evitar abrasar a Shirou, su calides en su cuerpo siempre era reconfortante.

-entonces vámonos Asia.

-heeee?

los pensamientos de Asia se paralizaron, su mente se quedo en blanco, es en este tiempo que recién se dio cuenta, Shirou estaba que la cargaba, se dio cuenta de que los 2 estaban escapando, ya habían escapado del orfanato y justo en este momento, se dio cuenta de otra cosa, espadas y chispas, su secuestrador temporal, estaba viajando en una espada brillante de color oro, pero las chispas viajaban a su alrededor,  su cabeza miro a todos lados y cada ves que miraba sus ojos se agrandaban, su cuerpo tembló de miedo, pero una calidez entro en su ser inundado su alma, esta misma calidez es la que la reconforto nuevamente.

-Shirou.

su susurro viajo por el viento perdiéndose, incluso de Shirou, poco a poco, su mente se tambaleo y ni siquiera los demonios que estaban a su alrededor luchando con los sacerdotes, lo podía perturbar.

-Mi rey, la doncella se quedo dormida.

-lo note cuchulain.

-My rey, a donde vamos, a ir.

-  primera parada Grecia.

-Primera?.

-si, yo protegeré a Asia.

-entiendo mi Rey.

sin mas palabras entre el y los sirvientes, Shirou se embarco en una ruta que marcaria este mundo, ya sea para bien o mal, este mundo sonara con el nombre se Shirou, incluso los mundos conectados a este, todos sabrán quien es Shirou, El rey de Reyes, el Más fuerte.     



         






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⏰ Última actualización: Aug 04, 2022 ⏰

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"Yo no soy un Dios , pero me tengo que convertiré en uno para salvarlos? ".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora