Adrián estaba ansioso por qué el mes de noviembre llegase, pues en junio había hecho su compra más codiciada; boletos para el regreso de My chemical romance a México.
Por fin lograré verlos- pensó Adrián para sí.
El día del tan esperado concierto, Adrián llegó muy temprano al estadio y se dispuso a colocarse muy cerca del escenario para ver mejor a la banda y sobre todo a Él, a ese ángel en la tierra, con esos ojos verdes y cabello azabache, al gran Gerard Way su ídolo de toda la vida. Cuando la noche calló, el concierto dió inicio, Adrián casi se desmaya de la ilusión al ver a Gee en el escenario. Cuando el concierto estaba por terminar, la banda se dispuso a tocar welcome to the Black parade y como por obra del destino, Gerard señaló a Adrián para que subiera al escenario a cantar con ellos Adrián no se lo podía creer, el mismo Gerard lo subió al escenario, al tocar sus manos, pudo sentir la suavidad de estas, con unos cuantos callos en la mano derecha debido a su profesión como dibujante, cuando la banda terminó de tocar, Adrián por instinto se abalanzó sobre Gee para abrazarlo, lo abrazó por un gran rato y cuando lo soltó, sacó de su bolsillo un marcador.
¡Por favor, firmame el tracero!- exclamó Adrián.
Gerard se rió y aceptó, Adrián se bajó los pantalones y Gerard se dispuso a firmar su lampiño y rico tracero. Cuando terminó, le dió una pequeña nalgada y le susurró al oído.
Te espero en media hora en mi camerino-
