The Life We Choose

Una vida sin rumbo

Captain Tsubasa es de Yoichi Takahashi.

Hi, no estaba en mis planes iniciar este fanfic pero ayer leí comentarios de Broken Trust y eso me motivó a escribir este primer capítulo (por eso pido que comenten y voten, en serio eso me motiva).

Antes de comenzar algunas aclaraciones y advertencias:

- Este fic toca temas adultos.

- Tiene dos temporadas: la primera es muy heavy mientras que la segunda es un poco más calmada.

- En esta primera temporada la relación principal (que creo que ya saben cuál es) es algo tóxica. Irónico ya que odio ese tropo en las películas *se encoge de hombros*

- La idea original era tratar la ansiedad, pero dado que para eso ya está Broken Wings decidí hacer un cambio de trama.

- En algunos capítulos adjuntaré canciones, ustedes son libres de escucharlas o no. Lo que sí recomiendo es que oigan el tema de Gods and Monsters (puede ser la versión original de Lana del Rey o de Jessica Lange) porque personalmente pienso que resume un poco lo que va a ser el rumbo que Tsubasa tomará en esta primera parte.

- La actualización es irregular.

- Habrá bashing a Tsubasa y a Genzo en algunos capítulos.

- Habrá mpreg.

- Habrá Out of character.

Sin más que decir los dejo con la lectura, espero que lo disfruten.

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Nankatsu, enero de 2021

8:30 AM

Un gato blanco con manchas negras subió las escaleras y se dirigió a la segunda puerta del corredor. Al entrar en el cuarto se subió a la cama donde yacía acostado un joven castaño y comenzó a amasar la cobija que lo cubría.

– Oliver – molesto, el joven se despertó y lo tomó –. ¿Qué quieres?

– Hermanito, buenos días – un niño entró al cuarto alegre cargando un balón de fútbol.

– Buenos días, Daichi – saludó –. ¿Ocurre algo?

– ¿Quieres ir a jugar conmigo al fútbol?

– Hoy no, estoy muy cansado.

– Pero si acabas de despertar – borró su sonrisa de su rostro –. Además, me prometiste jugar conmigo desde hace meses.

– Me sorprende que sigas insistiendo – pensó –. Lo sé, pero hoy quiero descansar – con su mano hizo señas para que se vaya –. Si eso es todo me gustaría que me dejes solo.

– Está bien... – desanimado, el pequeño bajó a la cocina donde sus padres estaban desayunando.

– ¿Estás bien, Daichi? – preguntó Natsuko.

– Tsubasa no quiso jugar conmigo a la pelota – respondió.

– Aún es muy temprano, seguro que luego querrá.

– ¿Tú crees?

– Claro – sonrió –. Ahora siéntate que ya está el desayuno.

– Está bien.

De vuelta en el cuarto, Tsubasa estaba acariciando a Oliver como al mismo tiempo lo miraba con un semblante triste.

– Oliver, eres el único amigo que me queda, y al mismo tiempo el único que nunca me ha dado la espalda.