Parte única

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Su momento favorito era cuando la noche caía, pues amaba la paz que se generaba cuando las personas empezaban a relajar sus hombros luego de una jornada laboral pesada y cuando lo único que importaba era ponerse algo cómodo y cenar algo rico. Ese silencio, ese momento donde todos empezaban a respirar, amaba esa calma. Pero irónicamente, odiaba sentirse sólo, detestaba la hora de silencio absoluto donde empezaba a cuestionarse si podía contar con alguien, pues para Minho, sentir que había una persona en quien confiar era lo más importante.

Y no es que estuviera sólo, para nada, pues al ser uno de sus miedos evitaba caer en ello; sin embargo, no podía fingir que cuando el cielo estaba oscuro y las estrellas brillaban, empezaba a plantearse si realmente estaba acompañado en todo el sentido de la palabra.

Cumplía con su día habitual, se levantaba, tomaba una ducha y desayunaba algo rico antes de partir hacia el trabajo. Su jornada laboral empezaba a las nueve en aquella pequeña y cálida cafetería donde era testigo de muchas historias a lo largo del día, aunque si le hubieran dicho que no acabaría trabajando en el área por la que se mató en la universidad, posiblemente habría dedicado menos estrés al promedio y más alegría a las experiencias, pero no tenía mucho de qué quejarse, aunque al inicio fue un poco frustrante, ahora realmente disfrutaba su trabajo.

Aunque gran parte de ello debía agradecerlo a sus compañeros de trabajo, Jisung, que se encontraba preparando las bebidas con él, y Felix, quien dedicaba esfuerzo y atención a cada postre pues decía que gastar dinero en algo que sabe rico siempre hace que valga la pena, y él quería que los clientes no se sientan arrepentidos. El primero solo trabajaba medio tiempo pues estaba estudiando la universidad, Minho tuvo que morderse la lengua para decirle que justo él estudió eso y que las oportunidades laborales eran escasas, pues no quería decepcionarlo y al mismo tiempo, tenía esperanza de que la suerte le sonriera a Jisung. En cambio, Felix llevaba más tiempo trabajando ahí, pues desistió del estudio antes de siquiera entrar a la universidad, decía que no era lo suyo y aunque al inicio fue criticado, eventualmente su familia aceptó fue lo mejor cuando vieron que era muy bueno en su trabajo.

Minho amaba "Meow'sRoom", la gran cafetería. El ambiente era bueno, la comida grandiosa, los precios accesibles, pero sin duda lo que más amaba del lugar eran las historias. Antes de entrar a ese sitio nunca pensó en lo diferentes que eran las personas, el universo que cada una poseía en su mente. Como en ese momento, donde terminaba de aplicar la crema batida al frappé mientras fingía no escuchar la conversación que el cliente estaba teniendo al extremo de la barra junto a otro chico.

— No puedo creer que hiciera eso —respondió el más bajito—, nunca habría imaginado que era una de esas personas.

— La vida da vueltas, ahora creo que será mi última vez en este sitio.

Respondió el rubio. Minho intercambió miradas con Jisung, quien discretamente elevó su ceja izquierda antes de que Minho sonriera, tomando el ticket para poder acercarse a la barra.

— Pedido a nombre de Bang.

— Soy yo —dijo el rubio, dejando a su amigo para acercarse por su orden.

Entonces Minho tomó un par de galletas del exhibidor y se las entregó junto a las dos bebidas. El rubio se mostró confundido, negando con la cabeza mientras dejaba el billete sobre la barra.

— Perdona, son solo dos bebidas, no pedí galletas.

— Oh, esto va por la casa —respondió Minho, entregando el cambio aún con una actitud positiva—. Tú y tu amigo suelen venir a menudo, Meow'sRoom agradece a sus clientes frecuentes la preferencia sobre otras cafeterías.

— Hombre, este lugar es más leal que tu ex —dijo el amigo mientras se acercaba a tomar las galletas con una sonrisa.

— ¡Changbin! —exclamó el rubio, dándole un pequeño codazo antes de sonreír—. Muchas gracias, me han hecho el día. Nos veremos pronto.

DETRÁS DE UNA ESTRELLA ❀ HyunHo [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora