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La luz solar desaparecía tras el horizonte dando paso a su compañera lunar en aquella rutina diaria donde jamás se hallarían el uno al otro, siendo observados por un equidna de mirada purpura y pelaje carmesí; pensativo o simplemente perdido en su mente.

Rememorando y reviviendo pasajes de su pasado en los cuales la mayoría de veces aparecía un mismo rostro, una sonrisa junto a unos brillantes ojos verdes desbordantes de vida; llegando de improviso a la Angel Island ya sea con alimento o solo su presencia, visitas rápidas o largas horas juntos conversando sobre lo que acontecía fuera de aquel paraíso terrenal, pequeñas narrativas o extensas vivencias acontecidas por su amigo.

Siempre algo nuevo, aunque hubo una vez en la cual algo cambio, en el buen sentido de la palabra, el simple recuerdo le causa gracia logrando que una sonrisa soñadora se escapa de su rostro apático y neutro.

Era una noche estrellada, Sonic no apareció por todo el día y eso lo tenía levemente molesto pues lo prometió y no cumplió su palabra hasta donde se veía, sin embargo no comprende por qué lo seguía esperando esperanzado de ver una estela de azul eléctrico recorrer la isla hasta llegar a su ubicación, espero y espero por largos minutos, nada de nada.

Paso una hora, dos, tres, la noche empezó a ser más fría de lo acostumbrado logrando incomodar al de pelaje rojizo pero no desistir de su tarea sagrada manteniéndose quieto en su sitio, protegiendo la Master Emeral de cualquier intruso, hasta que lo ve llegar igual de veloz que siempre, con una guitarra en manos y aquella brillante sonrisa llena de entusiasmo y alegría cual niño trayendo un objeto desconocido a su familia.

Nadie dijo nada en ese momento parecían estar teniendo una conversación silenciosa con sus miradas, hasta que el cobalto fue junto a él y comenzó a tocar el instrumento de cuerda con una tonada serena pero animada, tomándose su tiempo antes de cantar distintos versos declarando sentimientos distintos y dulces, evitando en todo momento decir que le pertenecían y adjudicándolos a alguien externo.

Pero es difícil ocultar el sol con un dedo, evitar al mar cuando el planeta entero está compuesto por este, evitar declarar lo que su corazón gritaba cuando ya ni su mente le permitía pensar en alguien que no fuese el equidna; quiso descargar todo ese sentimentalismo en una canción para evitar cruzar su propio limite y explotar en alguna acción imprudente que lo llevaría a perder su amistad con el guardián.

La melodía ceso con ambos bastante avergonzados ya sea porque uno que otro "te amo" se escapó entre líneas o porque el contrario comprendió mejor de lo esperado la canción, ninguno dijo nada quedándose por momentos mirándose fijamente, un silencio de ultratumba los acompaño unos segundos hasta ser destruido por el retumbar acelerado del corazón por parte del erizo.

Había logrado lo que pocos podían o podrían, una sonrisa que opacaría al mismo sol desde su perspectiva, sintió su rostro calentarse y decidió salir de allí lo más rápido posible pues la mañana llegaría dentro de no mucho dejando al descubierto sus sentimientos en bandeja de plata.

Knucles vio con sorpresa a su amigo correr solo despidiendose con la mano, pero era obvio la razon, un fuerte rubor se planto en su rostro la pensar en la sinfonia escrita por el cobalto a su persona; ahora parecia un recuerdo lejano pero por algun motivo solo le daba más fuerza y voluntada para seguir en su espera al regreso de aquel que logro atrpar su corazón.


Metal One shots sonknuxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora