Capítulo 2

2 0 0
                                    

Como Gwen había sugerido, pasamos algunos días en el bosque. No necesitábamos bajar, porque el bosque era espeso y podíamos movernos entre las ramas en busca de frutas para comer. Eso suponía un alivio, porque seguíamos teniendo miedo de que nos cazasen. Nos turnábamos para dormir, porque habíamos llegado a la conclusión de que no podíamos pasarnos despiertos toda la vida. Hablábamos poco, porque no podíamos decir nada que no nos recordase lo que había sucedido. De hecho, apenas nos veíamos: cuando uno buscaba comida, el otro vigilaba nuestro árbol; cuando uno se acostaba, el otro se quedaba haciendo guardia... así que al final sólo podíamos charlar mientras comíamos, pero siempre estábamos demasiado hambrientos como para perder el tiempo hablando. Uno de los primeros días estuve a punto de atrapar un pájaro, pero se escapó cuando se percató de que iba a convertirse en una estupenda cena para Gwen y para mí. Cuando se lo conté, orgulloso de mi casi-hazaña, por fin pareció no importarle que no la llamase por su nombre completo. Por su parte, un día apareció con varias frutas y una ardilla cuyo cuello había retorcido ella misma. Aquella noche reímos por haberse convertido en "un arma mortífera". Así pasó el tiempo, evadiéndonos de todo el mundo que habíamos dejado atrás.

Sin embargo, un día ella separó los labios de una jugosa ciruela y me miró durante un momento. Yo correspondí a su mirada sin dejar de comer.

-¿Sabes cuánto llevamos aquí? –preguntó después de tragar un trozo particularmente grande. Ante mi silencio, ella se respondió-. Desde la luna llena. ¿Has visto cómo está la luna? –yo alcé la cabeza en su busca, pero no hacía falta esforzarse mucho: la luz pálida se filtraba entre las ramas para llegar a nosotros-. No creo que se hayan pasado un mes buscándonos.

Sabía perfectamente lo que eso significaba, lo que estaba inquiriendo. Y me aterraba. Me concentré en las marcas de mis dientes en la fruta. No quería tener que bajar de nuestro árbol, me había resultado bastante fácil acostumbrarme a esa rutina, a recoger frutas por la mañana, a mirar las pequeñas criaturas que correteaban entre las ramas, a velar el sueño de Gwen... a verla dormir con esa serenidad inquebrantable. Durante todas esas semanas, no había pensado en otra cosa que en sobrevivir a su lado. No me había importado la ausencia de palabras, porque me interesaba mucho más su mera presencia. Y ahora ella quería volver al pueblo. A esas cuatro chozas mal repartidas en un terreno que le venía demasiado grande. Con esas cien personuchas a las que les interesaba demasiado que mi madre fuera una ramera.

-Hace unos días vi algo humo –hablaba distraída, sus palabras me sacaron de mis pensamientos, pero no la miré, seguía observando fijamente las marcas de mordiscos—, podría haber sido el horno de tu padre, o la forja del herrero... -esa última frase fue apenas un susurro. La miré, ella tenía la vista fija en un punto en algún lugar infinito por debajo sus pies. Tiré el trozo de fruta que me quedaba y empecé a bajar del árbol con un nudo en la garganta-. ¡Alphonse, espera!

La escuché llamarme, pero yo ya estaba bastante abajo. Me había esforzado mucho en no pensar en él, pero la niña tuvo que mencionarlo. Empecé a dar zapatazos, caminando hacía ninguna parte, apretando los puños hasta hacerme daño con las uñas. Me costaba resistir las ganas de llorar, el nudo de la garganta no bajaba, esforzándose en dejarme sin respiración; el corazón me latía rápido, como intentando escapar de unas cadenas que lo atenazasen. Respiraba por la boca, pesarosamente, caminaba cada vez más deprisa, perdiendo el aliento. Finalmente, mis labios lo soltaron en un suspiro, musité su nombre y no pude sino caer al suelo y romper a llorar.

Gwendolyn me sorprendió tirado en el suelo, abrazado a un árbol demasiado grueso, mencionando el nombre de mi amigo muerto, una y otra vez. Intenté contener las lágrimas, ocultar la cara en el tronco, no quería que me viera llorar como si fuese una chica. La chica seguía siendo ella.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 29, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La intensa vida de un bastardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora