El Braille Del Corazón

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-Había pasado un rato desde aquella pequeña "cita" que tuvo Natsumi con su nuevo amigo, ella no sabía exactamente porqué se encaprichó con el joven, ¿acaso se compadecía de su padecimiento solamente? ¿en realidad fue solo una casualidad del caprichoso destino el que lo atrajo hacía ese joven?-

-No estaba segura de ello, pero nada de eso importaba, la pequeña brujita se había hecho con un amigo, aun fuese como sea la razón de como lo obtuvo, la cuestión es que ella ya se había amistado y encariñado con el-

-Los dos al terminar con dichosa cita no amorosa se dirigieron a casa del joven invidente, después de todo era algo que haría Natsumi como cortesía, y por amabilidad, después de todo, el se había vuelto en su nuevo... o más bien, en su primer amigo, por ende, ella debía de dar su mayor esfuerzo en ello, aunque no comprendía muy bien como hacerlo, después de todo su contacto con los humanos no era tan amplio, ella era toda una inexperta en relaciones humanas-

-Natsumi caminando por aquellas calles mostraba un pequeño sonrojo, ya que debía de estar agarrada de la mano de Matsu, ese dichoso acto era algo que avergonzaba a la brujita de esmeralda, debido que ella pensaba que la gente que los viera pasar pensaría que era una pareja de novios en medio de una cita-

-Aunque por supuesto la gente solo imaginaba que esa chica era un familiar o simplemente una persona de apoyo para el chico invidente, pero esa opción no pudo pasar por la mente de Natsumi en ningún momento-

-Transcurriendo un buen rato, los dos jóvenes llegaron a la casa del chico, era una casa de dos pisos, no era especialmente grande, era casi una casa común que no destacaba en nada, pero extrañamente Natsumi sentía una sensación rara al ver aquel sitio, era una sensación de familiaridad, es como si se sintiera en su casa-

-Matsu: Estoy en casa

-Dijo tranquilamente mientras pasaba dentro de su hogar, pero extrañamente Natsumi no entraba, estaba un poco nerviosa, tenía un poco de pena de verse con el padre de su nuevo amigo, como si la vergüenza que ella poseía de sí misma que había desaparecido con Matsu volviese de un solo tiro-

-Matsu: Pasa, estás en tu casa

-Expresaba con total calma, la cual permitió a Natsumi salir de sus pensamientos y acabar con dichosa ansiedad que le había invadido desde el instante que puso el primer pie en ese lugar, no sabía lo que hacía conscientemente, ya que cuando menos se lo esperaba, la chica peliverde había comenzado a caminar dentro de aquella construcción con total normalidad-

-Una vez adentrados en ese lugar, ambos se dirigieron a la sala, en donde se encontraba el padre del joven sentado, él estaba sentado junto con una laptop en la mesita de dicha habitación, el adulto al notar la presencia de los dos jóvenes giró levemente la mirada para alzar la voz-

-Padre: ¿Pueden ir a la habitación? Estoy en una junta por ahora

-La dupla afirmó con su cabeza para dirigirse a los aposentos del joven, Natsumi al llegar a ese lugar miró atenta cada espacio, parecía la habitación de un niño, aunque bueno, era normal, ya que su habitación no se había remodelado desde que el joven tuvo aquel accidente-

-Matsu y Natsumi se sentaron en el borde de la cama mientras Natsumi miraba apenada al suelo a la par que jugueteaba golpeando sus pies de forma penosa, nunca había hecho eso antes, no solo estaba en casa de un amigo, ella estaba en la habitación de un chico a solas-

-Pero no terminaba solo en eso su pena, debido a que la chica tenía una pequeña pregunta punzando en su cabeza durante un buen rato, pero pensaba que decir aquello podía resultar ofensivo a su amigo-

-Matsu: ¿Por qué tan callada Natsumi?

-Natsumi: N-no, no, no es nada solo es que...

-Matsu: Dilo, es malo guardar las cosas sabes

-Natsumi: T-tengo una pequeña duda

-Matsu: Dime, no me voy a enojar por nada que digas, no creo que seas de decir cosas ofensivas

-Natsumi: Y-yo, este.... Yo... q-quiero saber cómo son tus sueños

-Matsu: Bueno, eso es simple, yo suelo soñar con cosas de mi pasado, tengo entendido que las personas que nacieron ciegas suelen soñar con sonidos

-Natsumi: Oh... y-ya veo

-Matsu: Dime Natsumi, ¿con que sueles soñar?

-Natsumi: ¿N-no te burlarás?

-Matsu: No tengo razón de hacerlo

-Natsumi: Y-yo, suelo soñar con estrellas, y que estoy en el espacio

-Matsu: Eso es un sueño demasiado lindo, debe ser lindo ver las estrellas

-Natsumi: ¡Lo es! Pero... La contaminación hace que no se vean bien

-Matsu: Es una pena, cuando yo era un niño recuerdo que se podían ver con claridad

-Matsu: Oye Natsumi

-Natsumi: ¿S-sí?

-En ese momento las mejillas de Natsumi fueron tomadas, la chica peliverde quedó completamente enrojecida debido a que pensaba que sería besada por su amigo, ¿tan pronto haría eso? Si apenas se habían conocido, era una total locura que tenía a su corazón trabajando a una capacidad inimaginable-

-Pero cuando la chica cerró sus ojos y colocó sus labios en posición esperando ese beso, ella solo sintió el cálido tacto de los dedos del chico, los cuales habían comenzado a rodear el rostro de Natsumi en sección en sección, cosa que la dejó totalmente atónita-

-Matsu: Quise... saber como lucías solamente, no lo ser, supongo que debes de ser muy linda

-El chico no sabía que había dicho ya que lo dijo inocentemente, eso se podía malinterpretar de la forma más fácil posible, pero al contrario de lo esperado, Natsumi no malinterpretó sus palabras en ningún momento, lo que la dejó en un total shock fue el hecho que el joven se refiriese hacía ella con ese adjetivo tan peculiar para ella: "linda"-

-Si Matsu pudiera ver, vería como a la pequeña brujita se le habían abierto sus ojos en totalidad y además se le habían puesto cristalinos debido a unas lagrimas que se le formaron en sus ojos-

Date A Live: La Bruja y El CiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora