Héctor hizo sonar la puerta cerrandola, dejando a GiGi solo.
La ventana hizo un ruido al golpear la puerta, GiGi se quedó observando el escritorio que tenía delante, suspiró por un par de segundos y salió de su cuarto para dirijirse al salón, ahí vio a su hermano parado en la puerta principal.
- Te he dejado ropa mía en el sofá ya que me dijiste que te molaba el rollo, dile a la mama que no me espere para cenar.
Elio levantó un poco la mano en señal de despedida para ver como Héctor salía de casa caminando con las manos en los bolsillos.
Al acercarse al sofá vio una bolsa con ropa, un par de sudaderas de cremallera, una camiseta de tirantes, vaqueros anchos y un cinturón con cristales de Swarovski bastante brillantes. Al llegar al fondo de la bolsa encontró un par de zapatos bastante gordos, de skate al parecer, al acercarlos a su cara para verlos mas de cerca se encontró con una navaja plegada dentro de la zapatilla derecha con una nota pegada, la sacó y leyó la nota medio confundido.
- Guardala bobo, y no se la enseñes a mamá que te va a pegar una paliza como se entere de que llevas un cuchillo por ahí, es un regalito por no estar mucho contigo estos dias.
GiGi se quitó el pijama y se probó la ropa, al ponerse los pantalones se dio cuenta que efectivamente le venian enormes por lo que se le formaban pliegues y se le quedaban como bolsas, de cierta manera le gustaba asi que se puso los zapatos, que le venían un poco grandes igual pero nada que unos calcetines gordos no arreglaran, la camiseta le iba bien y se colocó el cinturón para que no se le cayeran los vaqueros, dejando que parte de sus calzoncillos sobresalieran por encima, una vez vestido se puso a observar el regalo de su hermano.
La navaja era relativamente pequeña, parecida a un stiletto, de madera de color blanco con un rombo negro en el centro, pulsó el botón de de la apertura y la hoja se deslizó hacia arriba, era bastante afilada y puntiaguda, de unos 15 centímetros, aunque se notaba lo vieja que era, en un lado de la hoja se podia leer "V.H" Presuntamente las iniciales del dueño, despues de un rato observando la escondió en el bolsillo trasero del pantalón.
Elio volvió a su habitación y dejo la ropa que llevaba puesta para llevarla el dia siguiente a clase, bien plegada y colocada, pasó toda la noche mirando al techo de la emoción, ni siquiera saludó a su madre.
El dia siguiente, a las 6 de la mañana el chico ya estaba despierto y preparado para ir al instituto, también seguía llevando el cuchillo en el bolsillo de atrás. Cuándo bajó a la cocina para desayunar se topó con su madre en la cocina, se sorprendió un poco pero puso una cara seria de repente.
- Ropa de tu hermano verdad?
GiGi asintió con la cabeza lentamente, poniendose el pelo delante de la cara por el movimiento, su madre se lo volvió a colocar.
- Te he hecho cereales, vamos que llegas tarde
Elio desayunó en silencio, antes de salir se puso una de las sudaderas de su hermano y fue hacia el instituto.
A GiGi le gustaba pasear solo por la mañana, sobretodo en invierno, el frio tan temprano le daba una sensación de serenidad, para ser tan joven tenia claras las cosas que le gustaban, no tenia muchos compañeros porque genuinamente disfrutaba de la soledad de cierta forma.
Despues de un día de clase el chico iba a marcharse para casa, había estado un rato limpiando su clase porque así su tutor le daba mejor vista, al salir al pasillo no había nadie, estaba medio oscuro porque las ventanas estaban cerradas y no pasaba la luz del sol, las luces del pasillo también apagadas, asi que estaba en una cierta penumbra, pero podia ver la salida entre taquilleros y pasillos.