007

513 87 1
                                    

   Takemichi había tomado la desicion de declararse a Mikey aunque esté nunca le correspondiera. Tenía el pensamiento de que sí iba a morir al menos quería que el chico supiera que él lo amaba.

   Respiro hondo cuando lo vio a lo lejos con su grupo de amigos y extrañamente Senju no se encontraba a su lado como otras veces. Tal vez era una obra del destino que la chica no estuviera a su lado. Pues él no se atrevería siquiera hablarle con ella presente.

   Dio un respiró más y camino a la dirección de Mikey, podía sentir sus manos sudar y temblar como una hoja de papel.

   — ¿Manjiro?.— su voz salió temblorosa.— ¿Podemos hablar un momento?

   El chico volteo y lo miro con esos hermosos ojos negros mientras le sonreía de manera amable. Dios. ¿Cómo podía ser tan lindo y provocar tanto en él? Sentía que podía morir.

  Bueno. Literalmente él estaba muriendo.

   — Claro que sí, Takemitchy.— su voz risueña hizo que su corazón diera un doloroso huelco.— Hablamos más tarde, chicos.

   El rubio se despidió de sus amigos y comenzó a caminar junto a él. Estaba tan cerca podía persivir el olor frutal de su cabello o alguna loción y Takemichi sintió el escosor ya conocido en su garganta.

   Sólo debía aguantar un poco más.

   Se detuvieron cuando llegaron a una zona solitaria y Mikey se detuvo justo delante de él, quedando frente a frente.

   — ¿De que querías hablar?.— preguntó cuando no vio señales de que Takemichi dijera lo que quería.

   — B-bueno... y-yo...— tartamudeo y Mikey le dio una mirada pasible.

   Vamos tu puedes, solo debes decírselo de todos modos ya conoces la respuesta.

   — Desde hace ya un tiempo yo...— cerró los ojos y simplemente lo soltó. — Yo estoy enamorado de ti, Manjiro.

   No escucho nada después de su declaración así que fijo su mirada en él, el rubio permanecía con los ojos abiertos de la impresión y la boca abierta en una perfecta "o".

   —¿Manjiro?.— li llamo y el chico pareció salir de su asombro.

   — Takemichi yo no puedo corresponder tus sentimientos.— Mikey lo miro con pena.— No me gustan los hombres.

   Maldición. Él lo sabía, él era consciente que esta sería su respuesta, pero eso significa que no dolería.

   El sabor de la sangre llegó a su paladar y las punzadas de dolor atacaron su pecho así que tragando con fuerza trato de aparentar que nada pasaba.

   — Lo se, pero quería decírtelo antes de irme ¿sabes?.— suspiro.— Eso me hará sentir mejor.

  — ¿Te mudarás a otro lugar?.

  — Así es.— mintió.— me iré a otro país y puede que esta sea la última vez que nos veamos así que quería decirte mis sentimientos antes de hacerlo.— sonrió de manera falsa.— Espero que seas feliz y que tengas una larga vida.

   — Take yo lo siento...

   — Esta bien. No puedo obligarte a que sientas lo mismo que yo, así no es como funciona.

   El dolor se expandió por todo su pecho al igual que las raíces y tallos espinados, cubriendo todos los lugares faltantes en su organismo.

   — Adiós, Manjiro.— se despidió, grabandose por última vez la imagen del rubio.

   El reloj ya había marcado su hora de muerte.







𝖾𝗇𝗍𝗋𝖾 𝗉𝖾𝗍𝖺𝗅𝗈𝗌, 𝖿𝗅𝗈𝗋𝖾𝗌 𝗒 𝗌𝖺𝗇𝗀𝗋𝖾 ; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝗺𝗮𝗶 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora