4.-Entre ninfas y valkirias. por Thinkus Londlord

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Yo: puedo ser para ti lo que quieras,

desde amante, mago u poeta; de gala

entre la cama y las ganas que tengo,

de... satinar tu piel con mis versos:


Pero, sólo saca una carta de la baraja,

y deja que te atrape con una mirada;

¨abra cadabra¨, para el as de corazones

que llevo tatuado debajo de la manga:


Para, deslizar mi mano por debajo de tu falda;

anda... dame a mí toda la magia de tu cuerpo,

que yo puedo traer para ti, dos alas de cuervo

desde el rincón más profundo de mi sombrero.


Quiero qué libre puedas volar por los cielos,

regando tus plumas negras sobre este desierto,

como notas de música que caen al suelo; yo...

puedo seguir tu melodía, se guía en el camino:


Ayúdame a escapar de las sombras del olvido.


El vicio sigue mis pasos para llevarme de nuevo

a la prisión de los sueños, fue ahí adentro; que,

escuchando la infinita canción de mi silencio...


Aprendí del maestro.


Sabio es el tiempo en el sublime arte de lo eterno,

y por eso llevo su sello en cada arruga de mi cara,

como escudo de batalla; entre el fuego y la espada,

pero, si muero por la mano de una hermosa dama:


¡Valkiria!


Primero sana cada una de mis heridas sobre tu cama,

y después déjame tomar mi lugar en el Valhala; para,

poder calmar mi sed, embriagándome con hidromiel;

mientras compongo a tu recuerdo una romántica balada:


Pues... el más grande guerrero soy de las palabras,

busco la gloria en la prosa, y el beso de las diosas;

escondido entre los finos pétalos de una rosa; de...

mi sangre sea, sólo para la corona de espinas negras

que se clavan en el alma más pura y la envenenan:


Nena, sólo tú haces de esta bestia santa,

la pesada cruz de mi existencia; pero yo,

nací con el bendito don de la paciencia...

para lavar el pecado de ser un desgraciado.


A los rayos del sol, sólo temen los malditos,

que como yo; han cometido un tonto delito,

volviéndose celosamente adictos a la tristeza

de la doncella que miraba callada a la nada,

derramando a tragos amargos la melancolía.


Tú: la musa con minifalda sentada en la barra,

no para que yo te embriague con una sola copa

de vodka escarlata; calma, eso a mí no me basta,

tengo mis extrañas formas de enamorar a una dama.


Anda, sólo dame tu mano, es una invitación

para que vaguemos bajo las nubes del ocaso;

fumando el verde polvo de las hadas urbanas

que se esconden en las calles más encantadas.


Y... llegar hasta el manantial de ese mundo

surreal, donde las ninfas usan el claro reflejo

de la luna sobre el agua, como espejo de plata;

para... lavar su cabello, tejerlo con sus dedos,

y perfumarlo con la brisa nocturna del viento:


Y no, lamentablemente no soy el sátiro de este cuento,

yo he sido invitado para retratar con mi pluma del arte

la desnudes de sus cuerpos y... por cierto; al observar

con cuidado cada uno de sus gestos, he aprendido que:


Toda boca tiene sus reglas, y que son tus labios,

los que esperan a mi lengua para poder romperlas:


Veras, es así como yo pierdo mi tiempo,

buscando aquellas miradas perdidas;

que se manifiestan en el firmamento,

no miento, una fue la que tu tenías

justo al momento de conocernos.


Sí... tu sonrisa fue la estela

de una estrella fugaz en el cielo,

y créeme, que encontrarme contigo:


Ha sido mi único deseo.

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